Las fuerzas armadas de Israel han confirmado la realización de un ataque aéreo dirigido a un blanco asociado con los rebeldes hutíes en Saná, la capital de Yemen. Esta acción se produce tras la interceptación por parte de las defensas israelíes de al menos dos drones provenientes de Yemen, aunque hasta ahora los hutíes no han asumido la autoría de estos lanzamientos.
«La Fuerza Aérea ha atacado recientemente y de forma selectiva un objetivo militar del régimen terrorista hutí en la zona de Saná», declararon desde las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), quienes también expresaron que están «actuando con contundencia» en su enfrentamiento con los hutíes, al tiempo que buscan «eliminar cualquier amenaza a los ciudadanos israelíes».
Desde el comienzo de la ofensiva israelí en Gaza, los hutíes, «con la guía y financiación de Irán, han operado agresivamente para perjudicar a Israel y a sus aliados, socavar el orden regional y perturbar la libertad de navegación internacional», denunciaron las FDI.
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, supervisó personalmente el ataque desde el centro de mando, haciendo referencia a las diez plagas en sus declaraciones. Tras el bombardeo, la portavocía de seguridad de los hutíes notificó el incidente mediante un mensaje en su canal de Telegram, sin proporcionar, por el momento, información sobre posibles víctimas o daños.
Durante el último fin de semana, los ataques aéreos israelíes en Saná resultaron en la muerte de al menos diez personas y 92 heridos. Objetivos como la planta de energía de Haziz y un depósito de combustible fueron impactados, y se confirmó que uno de los bombardeos alcanzó el Palacio Presidencial.
Desde 2015, los hutíes han mantenido el control sobre Saná y otras áreas del norte y oeste de Yemen, y han realizado múltiples ataques contra Israel y navíos vinculados a este país en respuesta a la ofensiva lanzada contra Gaza después de los atentados del 7 de octubre por Hamás y otras facciones palestinas. Además, han atacado activos estratégicos de Estados Unidos y Reino Unido, aunque en mayo, los hutíes se adhirieron a un cese al fuego declarado por Estados Unidos.