Emmanuel Macron, presidente de Francia, ha designado de nuevo a Sébastien Lecornu como jefe del Gobierno francés tan solo cuatro días después de su renuncia, en un contexto de críticas por la falta de cambio en su liderazgo. El nombramiento fue oficializado este viernes mediante un breve comunicado del Elíseo.
Lecornu, tras aceptar el cargo, expresó: «Acepto, por deber, la misión que me ha confiado el presidente de la República para hacer todo lo posible para proporcionar a Francia un presupuesto para fin de año y responder a los problemas de la vida cotidiana de nuestros compatriotas». Además, hizo hincapié en la necesidad de superar la crisis política actual y la inestabilidad que, según él, daña tanto la imagen como los intereses de Francia.
«La restauración de nuestras cuentas públicas sigue siendo una prioridad para nuestro futuro y nuestra soberanía: nadie puede eludir esta necesidad», declaró Lecornu, subrayando que el nuevo gabinete gubernamental debería reflejar tanto la renovación como la diversidad de habilidades.
La oposición ha reaccionado prontamente a este nuevo nombramiento. Mathilde Panot de La Francia Insumisa y otros líderes de la izquierda han llamado a una moción de censura contra Lecornu y Macron. Jordan Bardella, presidente de Agrupación Nacional, describió el anuncio como «una broma, una vergüenza democrática y una humillación para los franceses». Marine Tondelier de Los Ecologistas y Eric Ciotti de Unión de las Derechas por la República también han expresado su disconformidad, mientras que Julien Aubert de Los Republicanos calificó la elección como «una auténtica burla».
Al mismo tiempo, el secretario general del Partido Comunista, Fabien Roussel, criticó duramente la decisión, destacando que es «inaceptable» y acusó a Macron de vivir alejado del pueblo. Mientras tanto, Macron continúa defendiendo su mandato, que se extenderá hasta 2027, descartando cualquier posibilidad de disolver la Asamblea Nacional.