El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha ratificado un ambicioso proyecto urbanístico en Cisjordania este jueves que contempla la edificación de más de 3.000 viviendas. Este desarrollo urbanístico podría fraccionar el territorio palestino en dos, aislando a Jerusalén Este del resto de la zona.
“Dijimos que no habría un Estado palestino y, de hecho, no habrá un Estado palestino. Este lugar nos pertenece”, manifestó Netanyahu en un acto celebrado en Maale Adumim, donde firmó el acuerdo junto a Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas y miembro del sector ultraderechista.
Por otro lado, Nabil abú Rudeina, portavoz de la Presidencia palestina, ha reiterado que la existencia de un Estado palestino con Jerusalén Este como capital es “inevitable, de acuerdo con la solución de dos Estados y las resoluciones de legitimidad internacional”, enfatizando que este es fundamental para la paz y estabilidad regional. Abú Rudeina también destacó que “el Estado palestino existe con el reconocimiento mundial”, ya que más de 140 países en la ONU lo reconocen así y ha condenado cualquier actividad de asentamiento como “ilegal según el Derecho Internacional”, citando específicamente la resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU.
El vicepresidente palestino, Husein al Seij, ha declarado que “el Estado palestino surgirá, le guste o no a la gente, lo acepte o no”, agregando que ni el E1 ni otras medidas podrán detener los objetivos nacionales del pueblo palestino. A su vez, criticó que acciones como estas solo llevan a la región hacia un conflicto mayor.
El plan fue aprobado definitivamente en agosto por el Ministerio de Defensa e incluye la zona denominada E1, que conecta Jerusalén Este con Maale Adumim y busca duplicar su población hasta alcanzar los 35.000 nuevos habitantes en los próximos años, dividiendo Cisjordania en dos sectores distintos, lo que complicaría la conformación de un Estado palestino cohesivo.
