El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha condenado este domingo los ataques llevados a cabo por las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) contra un hospital y una guardería en la localidad sudanesa de Kalogi, en la región de Kordofán, al sur del país, que han causado la muerte de más de un centenar de personas.
“El secretario general está consternado por los informes que indican que decenas de niños y otros civiles han muerto en los últimos ataques mortales en Kordofán Sur”, ha señalado su portavoz, Stéphane Dujarric, en un comunicado, remarcando que el jefe de la ONU “condena todos los ataques contra personas e infraestructuras civiles, señalando que los ataques contra escuelas y hospitales pueden constituir graves violaciones del Derecho Internacional humanitario”.
El máximo responsable de Naciones Unidas también ha lamentado el asalto contra un convoy humanitario en la vecina región de Kordofán Norte y ha advertido de la necesidad de impedir que se repitan en esta zona “las terribles violaciones y abusos de los Derechos Humanos denunciados en El Fasher en los últimos meses, así como las denuncias de graves violaciones del Derecho Internacional humanitario”.
En esta línea, ha reclamado a todos los Estados con capacidad de presión sobre las partes enfrentadas que “adopten medidas inmediatas y utilicen su influencia” para lograr un alto el fuego inmediato y frenar el suministro de armas que alimenta la guerra.
Además, ha instado a los bandos en conflicto a respetar plenamente sus obligaciones en virtud del Derecho Internacional y ha reiterado su petición de que acuerden “el cese inmediato de las hostilidades. Naciones Unidas está dispuesta a apoyar medidas genuinas para poner fin a los combates en Sudán y trazar un camino hacia una paz duradera”, ha afirmado.
Guterres se ha alineado así con la condena expresada horas antes por la Unión Africana por estos ataques que, según el alcalde de Kalogi, Esameldín el Nano, han dejado ya 114 muertos y 71 heridos.
MÁS DE 60 NIÑOS MUERTOS
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha precisado que entre las víctimas mortales hay más de 60 niños y ha indicado que los heridos han sido trasladados a un hospital en Kordofán Sur, donde se han lanzado llamamientos urgentes para donaciones de sangre y refuerzos médicos.
“De manera preocupante, los paramédicos y los socorristas fueron atacados cuando intentaban trasladar a los heridos desde la guardería al hospital”, ha denunciado en su cuenta en la red social X.
“La OMS deplora estos ataques sin sentido contra civiles e instalaciones sanitarias y pide una vez más que se ponga fin a la violencia y se aumente el acceso a la ayuda humanitaria, incluida la salud. Los sudaneses han sufrido demasiado. Alto el fuego, ya”, ha concluido.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, advirtió la semana pasada sobre el riesgo de una nueva “oleada de atrocidades” en Sudán ante el recrudecimiento de los combates en Kordofán y reclamó evitar “otro El Fasher”, aludiendo a las atrocidades cometidas por las RSF en la capital de Darfur Norte tras hacerse con su control a finales de octubre.
La guerra civil en Sudán estalló por las profundas discrepancias sobre la integración del grupo paramilitar en las Fuerzas Armadas, lo que hizo descarrilar la transición política abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir, ya muy debilitada después del golpe que depuso en 2021 al entonces primer ministro, Abdalá Hamdok.
El conflicto, en el que intervienen diversos países respaldando a los bandos enfrentados, ha sumido al país en una de las peores crisis humanitarias del planeta, con millones de desplazados y refugiados y con creciente preocupación internacional por la expansión de enfermedades y la destrucción de infraestructuras esenciales, que impide atender a cientos de miles de personas afectadas.











