Tras el violento enfrentamiento policial en Río de Janeiro, que resultó en más de 130 fallecidos, la oficina de la ONU para los Derechos Humanos ha solicitado una “reforma integral y eficaz” en los procedimientos de la policía de Brasil. El incidente tuvo lugar durante una operación contra el grupo criminal Comando Vermelho en dos favelas de la zona norte.
Volker Turk, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha destacado la problemática de las numerosas víctimas, principalmente personas de raza negra, y ha cuestionado los métodos utilizados en dichas operaciones. “Durante décadas, la alta letalidad asociada a la labor policial en Brasil se ha normalizado (…) Brasil necesita acabar con el ciclo de brutalidad extrema y garantizar que las operaciones de seguridad pública estén en sintonía con los patrones internacionales sobre el uso de la fuerza”, declaró Turk.
El comisionado enfatizó que la reforma necesaria debe basarse en el respeto a los Derechos Humanos y que cualquier empleo de fuerza letal debe adherirse a los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad y no discriminación. Además, resaltó la urgencia de abordar el “racismo sistémico” que afecta a la población negra en Brasil.
Según datos de la ONU, cada año aproximadamente 5.000 personas negras mueren a manos de la policía brasileña, una cifra que refleja una trágica realidad predominantemente entre los jóvenes negros de zonas desfavorecidas. “Las reformas son urgentes y necesarias para evitar que se repita. Estas violaciones no pueden quedar impunes”, concluyó Turk.
















