Este miércoles, la Defensoría Pública de Río de Janeiro ha confirmado que, como resultado de una vasta operación policial en los barrios de Penha y Alemao, se han registrado al menos 132 muertes. La acción estaba dirigida contra Comando Vermelho, una de las facciones criminales más destacadas de Brasil.
Esta intervención se ha convertido en la más mortífera en la historia del estado de Río de Janeiro, superando incluso la trágica masacre de Carandiru en Sao Paulo en 1992, donde fallecieron 111 reclusos. Este hecho también es considerado un emblema de la violencia policial.
Residentes de Penha reportaron el hallazgo de aproximadamente 72 cuerpos durante el día, que fueron depositados en la Plaza Sao Lucas, después del operativo que el gobernador Cláudio Castro calificó de ‘histórico’. Según informes, los cuerpos pertenecen en su mayoría a hombres y fueron desvestidos por los vecinos para ayudar en su reconocimiento por parte de los familiares.
En un principio, Castro había reportado 58 muertes, un número que fue ajustado a medida que más cadáveres fueron descubiertos y enviados a centros médicos oficiales. Además, se lamentó la pérdida de cuatro policías en la operación.
‘En 36 de favela, después de varias operaciones, nunca he visto nada parecido. Es algo nuevo, de una brutalidad y violencia de un nivel desconocido’, declaró el activista Raull Santiago al portal G1, refiriéndose a la impactante escena de cadáveres alineados en las calles.
La operación, que contó con la participación de unos 2.500 agentes, no solo buscaba realizar arrestos, sino también capturar a Thiago do Nascimento Mendes, alias ‘Belao do Qutungo’, uno de los líderes del grupo, quien fue arrestado junto con otros 79 individuos. La intervención también resultó en la incautación de numerosas armas, incluidos fusiles de guerra, y varios heridos, incluidos algunos que no estaban relacionados directamente con los objetivos del operativo.
















