En las recientes elecciones legislativas de Moldavia, el Partido de Acción y Solidaridad (PAS), liderado por la presidenta proeuropea Maia Sandu, ha obtenido una victoria contundente, alcanzando un 44,26% de los votos, de acuerdo con los resultados oficiales tras el escrutinio del 70% de los sufragios.
Le sigue el Bloque Electoral Patriótico (BEP), que incluye socialistas, comunistas y partidarios de Rusia, con un 27,96% de los votos. La Comisión Electoral Central ha posicionado en tercer lugar a la coalición Alternativa con un 8,5% y en cuarto al prorruso Partido Nuestro con un 6,52%. Justo detrás se sitúa el proeuropeo Partido Político Democracia En Casa (PPDA), con un 6,25%.
Estos comicios son de gran importancia para el futuro inmediato de Moldavia, un país con fuertes deseos de integración europea y situado en una región afectada por el conflicto en Ucrania y los intentos de interferencia de Moscú, que no son recientes.
Desde hace tiempo, las autoridades de Moldavia han alertado sobre los esfuerzos de Moscú por influir en el resultado electoral a través de la financiación de compra de votos y campañas de desinformación en redes sociales, además de disturbios y ataques cibernéticos.
El BEP, que agrupa a tres partidos prorrusos después de que un cuarto fuera expulsado por compra de votos, ha expresado su preocupación por lo que considera una persecución por parte del partido de la presidenta Sandu, ante el posible revés electoral anticipado por varias encuestas.