El mandatario de Polonia, Karol Nawrocki, ha decidido no seguir adelante con su planeada cita con el primer ministro húngaro Viktor Orbán, cediendo a las presiones del primer ministro polaco, Donald Tusk. Este último había expresado su rechazo a la reunión, argumentando que comprometería la posición de Polonia respecto a la situación en Ucrania.
Recordemos que Orbán ha mostrado una postura distante respecto a la línea de acción de la Unión Europea, prefiriendo una aproximación más cercana con Rusia y su líder, Vladimir Putin. Nawrocki tenía agendado encontrarse con Orbán el próximo 4 de diciembre, justo un día después de un importante encuentro de líderes en Esztergom, Hungría, dentro del marco del Grupo de Visegrado.
Además, Orbán se reunió recientemente con Putin en Moscú para discutir sobre las refinerías rusas afectadas por sanciones internacionales. Este encuentro tuvo lugar en un contexto de negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania y una crisis política en Kiev por la renuncia de un asesor presidencial debido a un escándalo de corrupción.
«Orbán visita a Putin, Nawrocki visita a Orbán. Caos en las negociaciones sobre el plan de paz Witkoff y una crisis política en Kiev. Una combinación desastrosa», declaró Tusk el pasado viernes. Tras la polémica, el asesor presidencial polaco, Marcin Przydacz, anunció a través de la red social X que Nawrocki limitará su visita a Hungría a la cumbre de presidentes, omitiendo el encuentro con el primer ministro húngaro.
Ante esta situación, Tusk ha aplaudido la decisión de Nawrocki, remarcando la importancia de que el gobierno dirija la política exterior y que el presidente debe cooperar con este y representar dignamente al país. «Acatemos este principio en todo momento. Es lo mejor para Polonia», concluyó.