Seis miembros de la flotilla retenidos por Israel, incluyendo a la activista Reyes Rigo, están en ruta hacia España, según han confirmado fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
Reyes Rigo, la única participante española en la Global Sumud Flotilla que seguía bajo custodia israelí desde su detención el 1 de octubre, pronto pisará suelo español. La operación para su regreso, al igual que las anteriores, ha sido coordinada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, la embajada en Israel y el cónsul en Tel Aviv, quienes ‘han realizado un extraordinario trabajo’, según destacan desde el Ministerio.
Con su llegada, ya no quedarán ciudadanos españoles de la flotilla detenidos en Israel.
Los seis miembros llegarán este lunes a las 08.15 a la terminal 4S del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas procedentes de Qatar. Hasta ahora, estos individuos se encontraban en prisión ‘por no querer firmar la deportación voluntaria’, informan desde la flotilla Rumbo a Gaza a Europa Press.
ACUERDO CON LA FISCALÍA
Tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía que redujo los cargos imputados, Reyes Rigo ya se encuentra de camino a España. Lucía Muñoz, concejala de Unidas Podemos en el Ayuntamiento de Palma y también participante en la flotilla, comunicó que el cónsul español notificó a la familia de Rigo que durante una vista el viernes pasado se logró dicho acuerdo, imponiendo además una multa a la activista.
Un tribunal en Beer Sheva aceptó este acuerdo después de que Rigo admitiera haber causado daño corporal y asalto agravado a una guardia de la prisión donde estaba recluida. Aunque inicialmente se le acusó de haber mordido la mano de una guardia y negarse a entrar en su celda, más tarde se corrigió la acusación a haberse clavado las uñas en la funcionaria mientras resistía.
En consecuencia, el tribunal la sentenció a diez días de cárcel, ya cumplidos, así como al pago de una multa de 10.000 séquels (aproximadamente 2.650 euros) y ordenó su deportación.
Durante su comparecencia, Rigo denunció malos tratos mientras estuvo bajo custodia. ‘Nos golpearon, nos empujaron y el quinto día atacaron a mi amiga e intenté protegerla’, declaró. ‘Me cogieron por la cabeza y se me cayeron las gafas’, añadió, describiendo que compartió una celda diseñada para cinco personas con otras trece mujeres, sin acceso adecuado a agua y con comida ‘podrida’.