El gobierno ruso ha etiquetado este viernes a la organización Human Rights Watch (HRW) como «indeseable», lo que implica una prohibición de sus actividades en el territorio de Rusia, según un comunicado emitido por el Ministerio de Justicia del país.
La declaración ha provocado una respuesta inmediata de la ONG, que ha interpretado esta acción como «una muestra más de la represión del Kremlin para «silenciar» cualquier disidencia y restringir las operaciones de los grupos cívicos independientes con un «arsenal de leyes represivas» establecidas recientemente.
«Después de treinta años, la labor de Human Rights Watch en Rusia postsoviética ha desafiado al gobierno a adherirse a los Derechos Humanos y las libertades fundamentales», expresó Philippe Bolopion, director ejecutivo de HRW, añadiendo que esta medida es «descarada y cínica».
«Nuestro trabajo sigue siendo el mismo, pero lo que ha cambiado dramáticamente es la adopción de políticas autoritarias por parte del gobierno, el increíble incremento de la represión y la magnitud de los crímenes de guerra perpetrados por sus fuerzas en Ucrania», afirmó Bolopion. Además, aseguró que este acto solo fortalece su «determinación de documentar las violaciones a los Derechos Humanos y los crímenes de guerra realizados por las autoridades rusas, asegurando que los culpables sean llevados ante la justicia».
Human Rights Watch, originada en 1978 como Helsinki Watch para monitorear los abusos en los estados signatarios de los Acuerdos de Helsinki, tiene una presencia global dedicada a documentar infracciones y otros delitos. Su sitio web subraya que «defienden los derechos humanos globalmente, investigando abusos exhaustivamente, exponiendo los hechos y presionando a las autoridades para que se respeten los derechos y se administre justicia».
