Este miércoles, Mark Rutte, secretario general de la OTAN, ha optado por no responder directamente a las amenazas de Vladimir Putin sobre un posible conflicto bélico con Europa. Rutte ha comentado irónicamente que aunque Putin aparece vestido de militar, realmente no se encuentra en el frente de batalla, y ha expresado su expectativa de que se produzcan avances en las negociaciones lideradas por Estados Unidos.
“No voy a reaccionar a todo lo que dice Putin. Lo hemos visto con ropa militar, vestido como un soldado en el frente, pero no en el frente. Estaba bastante lejos del frente”, declaró Rutte antes de un encuentro con los ministros de Exteriores de la OTAN en Bruselas.
En una reciente visita a Moscú por parte de Steve Witkoff, enviado especial de Estados Unidos, Putin criticó a Europa por supuestamente obstruir los diálogos de paz, aunque subrayó que, aunque Rusia no busca un enfrentamiento, está preparada para ello. Tras la reunión, Rutte calificó el encuentro como “importante” y señaló que ahora se esperan “más pasos”, sin entrar en detalles sobre las negociaciones que dirige el presidente estadounidense, Donald Trump.
“Coordinamos de cerca con los estadounidenses lo que está ocurriendo, pero no comentamos cada paso”, afirmó, destacando que Trump ha iniciado un proceso de paz a pesar de las reticencias rusas. “Solo Estados Unidos, bajo el liderazgo de Trump, podía hacer esto”, resumió.
El secretario general también mencionó que aún no está claro cuándo concluirán las negociaciones ni cuál será el resultado final del acuerdo para terminar la invasión en Ucrania. Subrayó la importancia de que Kiev se mantenga en “la posición más sólida posible” para cuando llegue el momento de las negociaciones definitivas.
ALIADOS CRITICAN QUE PUTIN NO TIENE VOLUNTAD DE PAZ
Al llegar a la reunión, varios ministros de Exteriores de la OTAN expresaron su preocupación por las declaraciones de Putin. El ministro neerlandés David van Weel describió las amenazas como “horribles” y subrayó la seriedad de las inversiones en defensa. La ministra británica de Exteriores, Yvette Cooper, acusó a Putin de intentar “escalar la guerra” en Ucrania y le instó a detener la “matanza” y negociar la paz.
Por su parte, el ministro de Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, y el español José Manuel Albares, destacaron la unidad de la OTAN frente a las amenazas rusas y la importancia de la seguridad europea y euroatlántica. Margus Tsahkna, de Estonia, y la ministra sueca, Maria Stenergard, también se expresaron en términos similares, enfatizando la necesidad de mantener la presión sobre el Kremlin y aumentar el apoyo a Ucrania.
