Al menos una persona ha perdido la vida y otras 36 han resultado heridas en la colisión frontal de dos trenes ocurrida este martes por la tarde en la ruta turística que conduce al Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu, a la altura de la localidad de Ollantaytambo, en la provincia de Urubamba, en el sur de Perú.
El siniestro se ha producido en un tramo muy frecuentado por los visitantes, donde no existen carreteras cercanas y únicamente discurre la vía férrea por la que circulaban los convoyes de las operadoras PerúRail e Inca Rail. La estrechez del corredor ferroviario impide el aterrizaje de helicópteros para la evacuación directa de los heridos.
El Ministerio de Salud ha confirmado hasta el momento 36 heridos, “la mayoría con traumatismos múltiples y contusiones”, aunque algunos medios locales apuntan a que el número podría ser superior. La víctima mortal es uno de los maquinistas, tal y como ha ratificado la Policía.
Ante la imposibilidad de un rescate aéreo, los heridos han sido trasladados inicialmente en tren hasta diferentes apeaderos con mejores accesos, desde donde los casos más graves han sido derivados en ambulancia a varios hospitales de la ciudad de Cuzco, situada a unas dos horas del punto del accidente.
El presidente de Perú, José Jerí, se ha desplazado ya hasta Cuszco acompañado por el primer ministro, Ernesto Álvarez Miranda, y el ministro de Transportes, Aldo Martín, para mantener reuniones con las autoridades regionales y seguir de cerca la atención a las víctimas.
El Ministerio de Transportes de Perú ha abierto una investigación para esclarecer las causas del siniestro. Paralelamente, la oficina de defensa del consumidor ha iniciado actuaciones propias para verificar que ambas compañías ferroviarias cumplen con las pólizas de seguros y ofrecen la asistencia adecuada a los pasajeros afectados.
El gobernador de Cuzco, Werner Salcedo, ha lamentado lo sucedido y “la imagen de Perú al mundo” que deja este accidente, que atribuye a la primacía del beneficio económico sobre la seguridad de los usuarios. “Machu Picchu está atrapado en la comercialización que deja mucho que desear”, ha censurado.
“Lo ocurrido hoy no puede volver a repetirse”, ha aseverado Salcedo, que también ha cuestionado la atención dispensada por algunos servicios de salud privados a los que se solicitó apoyo para tratar a parte de los heridos.