El Gobierno de Estados Unidos ha decidido este viernes retirar de su “lista negra” al magistrado del Tribunal Supremo de Brasil Alexandre de Moraes, responsable de la instrucción de la causa por intento de golpe de Estado contra el expresidente Jair Bolsonaro, por la que ya ha empezado a cumplir una condena de 27 años de cárcel en un centro de detención de Brasilia.
La Administración Trump había ordenado en julio la inclusión del juez en su relación de sancionados al calificar como “caza de brujas” el procedimiento abierto contra Bolsonaro, amparándose en la Ley Magnitsky. Esta normativa permite a Estados Unidos actuar de forma unilateral contra ciudadanos extranjeros cuando sospecha que pueden estar implicados en casos de corrupción o en vulneraciones graves de derechos fundamentales de terceros.
En esta ocasión, el Departamento del Tesoro estadounidense no ha ofrecido explicaciones sobre las razones que le han llevado a retirarle de dicha lista, de la que también han sido excluidos su esposa, Viviane Barci de Moraes, y una firma financiera de la familia, en la que el magistrado no figura, pero sí sus hijos.
La exclusión de De Moraes de este registro se enmarca en el deshielo de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Brasil, tras los encuentros calificados de satisfactorios que Luiz Inácio Lula da Silva ha mantenido en los últimos meses con Trump, quien además ha levantado buena parte de los aranceles que impuso en su día a las exportaciones brasileñas.
Desde el entorno de Bolsonaro, en cambio, la noticia ha sido recibida con “pesar”. Eduardo, uno de los hijos del exmandatario, con causas abiertas en Brasil y actualmente fugado en Estados Unidos, ha expresado en X su malestar por el cambio de criterio de Trump, aunque ha evitado dirigirle reproches directos.
“Agradecemos el apoyo de Trump a lo largo de este proceso y la atención que brindó a la grave crisis de libertades que afecta a Brasil. (…) Esperamos sinceramente que la decisión de Trump tenga éxito en la defensa de los intereses estratégicos del pueblo estadounidense”, ha escrito.
“VICTORIA DE LA DEMOCRACIA BRASILEÑA”
El presidente Lula ha celebrado la decisión como una “victoria para la democracia brasileña” y ha explicado que la medida llegó después de una conversación específica con su homólogo estadounidense: “Él preguntó: ‘¿Es bueno para ti?’ Yo le dije: ‘No es bueno para mí, es bueno para Brasil y es bueno para la democracia brasileña».
El jefe de Estado brasileño ha dicho sentirse “muy contento con este reconocimiento”, aunque ha subrayado que “aún faltan más personas” por ser retiradas de estas sanciones y ha criticado que “no es posible admitir que el presidente de un país pueda castigar, con sus propias leyes, a las autoridades de otro país que están ejerciendo la democracia”.
“Tu victoria, Alexandre, es la victoria de la democracia brasileña”, ha insistido Lula, remarcando el papel clave que desempeña la Corte Suprema en Brasil.
Alexandre de Moraes ha celebrado igualmente la resolución como una “victoria para el Poder Judicial brasileño” y ha agradecido a Lula las gestiones realizadas ante el Gobierno estadounidense, así como su defensa de la soberanía de Brasil “desde el primer momento”.
“La verdad, gracias al compromiso del presidente Lula y de todo su equipo, prevaleció. Y podemos decir, con satisfacción, con humildad, pero con satisfacción, que fue una triple victoria”, ha señalado De Moraes en declaraciones recogidas por el portal G1.
El magistrado ha explicado que se trata, en primer lugar, de un triunfo para el Poder Judicial brasileño, “que no cedió ante amenazas ni coerción, y no cederá, y continuó con imparcialidad, seriedad y valentía”. Ha añadido que la decisión de Trump supone también un avance para la soberanía nacional y, por último, ha destacado que implica, retomando las palabras de Lula, “sobre todo, una victoria para la democracia”.










