Angela Rayner, viceprimera ministra británica, ha admitido la existencia de irregularidades fiscales en la adquisición de su segundo inmueble tras recibir orientación legal errónea, y ha derivado su situación al ente responsable de evaluar violaciones al código de conducta de los ministros gubernamentales.
«Estoy en shock realmente porque pensé que lo había hecho todo bien, y he confiado en los consejos que me han dado. Estoy devastada porque siempre he respetado las reglas y siempre lo haré», enfatizó durante una entrevista con Sky News.
Rayner buscó asesoría legal para la compra de su propiedad en Hove, Sussex del Este, debido a la complicada situación de tener a su hijo, quien sufre una enfermedad grave, como beneficiario de su primera vivienda en Gran Mánchester. La viceprimera ministra, que también se encarga de Vivienda, Comunidades y Gobierno Local, explicó que la vivienda había sido modificada para su hijo y que, siguiendo recomendaciones de sus asesores, abonó una tarifa estándar por el inmueble de Hove. Sin embargo, tras nuevas consultas con expertos, se le informó que debía haber abonado más en impuestos.
«Si bien no poseía ninguna otra propiedad en el momento de la compra, la aplicación de disposiciones relacionadas con el fideicomiso de mi hijo genera obligaciones adicionales en materia de impuestos», admitió Rayner, asegurando que ha buscado corregir el error con celeridad.
La líder de la oposición conservadora, Kemi Badenoch, ha solicitado al primer ministro laborista Keir Starmer la renuncia de Rayner durante un debate en la Cámara de los Comunes. «Si tuviera agallas, la destituiría», declaró firmemente.
Por otro lado, Starmer ha respaldado a la viceprimera ministra. «Ha ido más allá al exponer los detalles. Incluso ayer por la tarde pidió a un tribunal que levantara una orden de confidencialidad en relación con su propio hijo», destacó el primer ministro.
Rayner aún contempla la posibilidad de dimitir y ha reiterado que nunca ha intentado evadir impuestos con la compra de su segunda vivienda. Según reportes de medios británicos, esto le habría permitido ahorrar 40.000 libras esterlinas (46.000 euros) en impuestos asociados al inmueble de Hove.