Un año del cese de fuego entre Israel y Líbano marcado por recientes ataques israelíes

El primer aniversario del cese de fuego entre Israel y Líbano se ve empañado por un aumento de los ataques israelíes y tensiones.

Daños materiales por un bombardeo del Ejército de Israel contra el campamento de refugiados palestinos de Ain al Hilwé, en Sidón, en el sur de Líbano, pese al alto el fuego pactado en noviembre de 2024 (archivo)Europa Press/Contacto/Marwan Naamani

El cese de hostilidades acordado en noviembre de 2024 entre Israel y Líbano, que puso fin a más de un año de enfrentamientos entre el Ejército israelí y Hezbolá, celebra su primer aniversario este jueves. A pesar del acuerdo, los ataques israelíes no han cesado, intensificándose en las últimas semanas a raíz de las presiones sobre Beirut para desarmar a Hezbolá, demanda que ha sido firmemente rechazada por el grupo armado.

Riesgo de colapso del acuerdo

El pacto, firmado el 27 de noviembre por ambas partes y cinco mediadores internacionales, incluidos los Estados Unidos, buscaba terminar con un conflicto iniciado por el lanzamiento de cohetes de Hezbolá el 8 de octubre de 2023. Según el acuerdo, se estableció un período de 60 días para el repliegue de tropas israelíes, un proceso que ha sufrido múltiples retrasos y aún no se ha completado, manteniendo presencia en cinco zonas dentro de Líbano. Además, se acordó el retiro de Hezbolá al norte del río Litani, conforme a la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU.

El comité creado para supervisar la implementación del acuerdo ha enfrentado numerosos obstáculos, incluidos los continuos ataques de Israel, que justifica sus acciones como medidas contra Hezbolá sin violar el acuerdo. Estas acciones han sido criticadas por Beirut, el propio grupo y la ONU. La Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL) documentó 10.000 ‘violaciones’ por parte de Israel, incluyendo incursiones aéreas y terrestres.

Impacto y desafíos humanitarios

Thameen al Kheetan, portavoz de la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, reportó recientemente que al menos 127 civiles han muerto en estos ataques, incluyendo una acción contra un campamento de refugiados palestinos cerca de Sidón y otro en Beirut, el primero desde el alto al fuego. Al menos 13 civiles, incluidos 11 niños, murieron en el ataque a Ain al Hilwé, y se ha pedido una investigación ‘rápida e imparcial’ por posibles violaciones del Derecho Internacional Humanitario.

Estos ataques han provocado un endurecimiento de las críticas por parte de Hezbolá y un aumento de la tensión en la región, con Hezbolá y representantes políticos libaneses exigiendo que se deje de lado la presión por su desarme y se enfoque en responder a los ataques israelíes. El primer ministro de Líbano, Nawaf Salam, ha advertido sobre el riesgo de un nuevo conflicto y ha solicitado la intervención internacional para asegurar el cumplimiento del cese de hostilidades.

Adicionalmente, las hostilidades han impedido que miles de desplazados libaneses regresen a sus hogares y han dañado severamente la infraestructura civil, profundizando las dificultades económicas y amenazando la seguridad alimentaria en el país.

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