Aranceles, pactos comerciales y despliegue militar marcan la nueva doctrina exterior de EEUU

La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Trump refuerza el poder económico y militar de EEUU y redefine sus prioridades en Occidente, Indo-Pacífico y Oriente Próximo.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump Europa Press/Contacto/Yuri Gripas - Pool via CNP

La Casa Blanca ha presentado este viernes su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, el documento que fija las grandes directrices de la política exterior de la Administración Trump. El texto sitúa como prioridad la “restauración de la predominancia” de Estados Unidos en el hemisferio occidental, en línea con la defensa sin matices de la Doctrina Monroe que el presidente norteamericano reivindicó esta misma semana: “El pueblo estadounidense, y no los países extranjeros, ni las instituciones globalistas, será quien controle su propio destino en nuestro hemisferio”.

En términos generales, Washington plantea recuperar y emplear de forma plena sus instrumentos de poder económico y militar para alcanzar este objetivo. La estrategia especifica que el país debe “reconsiderar” su despliegue castrense en el hemisferio, al tiempo que “priorizará su diplomacia comercial” mediante “las poderosas herramientas que son los aranceles y los acuerdos comerciales recíprocos”.

El documento condensa la nueva línea de actuación en dos conceptos: “Expandir y alistar”. “Alistaremos a nuestros aliados en el hemisferio para controlar la migración, detener el tráfico de drogas y fortalecer la estabilidad y la seguridad terrestre y marítima. Nos expandiremos cultivando y fortaleciendo nuevos socios, a la vez que reforzamos el atractivo de nuestra nación como socio económico y de seguridad predilecto del hemisferio”, recoge el texto estratégico.

Aunque el énfasis principal recae en el hemisferio occidental, la Estrategia de Seguridad Nacional también redefine la postura de EEUU en el Indo-Pacífico, Oriente Próximo y África. En Asia se proyecta una iniciativa para “reequilibrar la relación económica con China” y reforzar la estabilidad de seguridad regional. En el caso africano, se plantea un giro desde un vínculo basado en la ayuda externa “y la difusión de ideas liberales” hacia otro centrado en el comercio y la actividad económica.

Reajuste militar en Occidente

El anunciado “reajuste” militar de Estados Unidos en su entorno más cercano persigue ante todo “abordar las amenazas urgentes” ligadas “el tráfico de drogas y la migración ilegal o no deseada”. El texto confirma que Washington continuará recurriendo a “despliegues específicos para asegurar la frontera y derrotar a los cárteles, incluyendo, cuando sea necesario, el uso de fuerza letal para reemplazar la fallida estrategia de aplicación exclusiva de la ley de las últimas décadas”.

La Administración estadounidense asume que será “difícil revertir cierta influencia extranjera” ya asentada en América Latina. Sin embargo, identifica una ventana de oportunidad en aquellos gobiernos que no mantienen una afinidad ideológica con esas potencias y que estructuran sus lazos principalmente en términos económicos. Ahí, Washington aspira a utilizar su peso económico para ofrecer alianzas que percibe como más ventajosas.

En relación con Europa, el documento sostiene que “algunos responsables europeos” muestran “expectativas poco realistas” sobre la guerra en Ucrania. Para Estados Unidos, es esencial recomponer los canales estratégicos con Rusia y evitar un alejamiento prolongado entre Europa y Moscú, que considera el mejor ejemplo de la “falta de autoestima” y de la amenaza del “borrado” que, a su juicio, padece ahora la “civilización europea”.

“Queremos que Europa siga siendo europea, que recupere su autoestima como civilización, y que abandone su enfoque fallido a favor de la asfixia de las regulaciones”, afirma el documento, que utiliza la guerra en Ucrania como caso ilustrativo de esta crítica.

Indo-Pacífico: foco económico y disuasión

El fuerte componente económico de la nueva estrategia se hace especialmente visible en el capítulo dedicado al Indo-Pacífico. Además de la “reequilibrada” relación con China, Estados Unidos plantea un “enfoque sólido y continuo en la disuasión para prevenir la guerra” en la región, sin aludir de forma explícita a Taiwán ni a las múltiples disputas territoriales que mantienen los países ribereños, incluida China.

“Este enfoque combinado puede convertirse en un círculo virtuoso, ya que una fuerte disuasión estadounidense abre espacio para una acción económica más disciplinada, que genera mayores recursos estadounidenses para mantener la disuasión a largo plazo y menos obstáculos regulatorios”, expone el texto.

Oriente Próximo: menor centralidad en la agenda

Respecto a Oriente Próximo, Washington describe un escenario “menos problematico de lo que los titulares dan a entender”. Según la Estrategia de Seguridad Nacional, Irán ha salido “debilitado” tras la ofensiva conjunta de Estados Unidos e Israel del pasado verano, mientras que los dirigentes del movimiento palestino Hamás “también están en situación de debilidad o han desaparecido”. El “problema potencial” que supone Siria, añade, podría diluirse con la cooperación de Israel, Turquía y los socios árabes.

El documento subraya como elemento clave que “el dominio de Oriente Próximo en la política exterior estadounidense, tanto en la planificación a largo plazo como en la ejecución diaria, ha terminado” porque “ya no es la constante fuente de irritación y potencial escenario de catástrofe inminente que alguna vez fue”.

En este contexto de cierto alejamiento diplomático, la nueva línea de seguridad pone fin a “el desafortunado experimento estadounidense de intimidar a estas naciones –especialmente a las monarquías del Golfo– para que abandonen sus tradiciones y formas históricas de gobierno”.

“Debemos alentar y aplaudir las reformas cuando y donde surjan de forma natural, sin intentar imponerlas desde fuera”, concluye el texto, que sella así el giro de Washington hacia una política exterior más condicionada por los intereses económicos y el uso selectivo de su poder militar.

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