El ministro de Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, expresó el miércoles su apoyo al partido-milicia chií libanés Hezbolá, que ha rechazado el plan de desarme de las autoridades libanesas, alegando que «responde a los intereses de Israel».
«La decisión final sobre las acciones futuras recae en el propio Hezbolá, y actuamos como partidarios, pero no interferimos en su toma de decisiones», afirmó durante una entrevista en la televisión estatal.
El principal diplomático iraní destacó que no es la primera vez que intentan desarmar al grupo chií y enfatizó la «postura decisiva (y) contundente» de su líder, Naim Qasem, quien anunció que actuaría como si el plan de desarme propuesto por el Gobierno de Líbano «no existiese».
«Ahora han iniciado un nuevo movimiento y se imaginan que con los golpes que ha sufrido Hezbolá, pueden volver a seguir ese camino para avanzar en el plan de desarme», añadió Araqchi, haciendo eco de las palabras de Qasem, quien indicó que el plan de desarme de Beirut obedecía «a las directrices del enviado especial de Estados Unidos para Oriente Próximo (Steve Witkoff)».
El líder de Hezbolá ha advertido que la solicitud del primer ministro libanés, Nawaf Salam, al Ejército para obtener el «monopolio de las armas» «responde a los intereses de Israel», lo que representa un «grave pecado» por parte de las autoridades libanesas al dejar al país sin «armas suficientes para resistir al enemigo israelí».
En un comunicado emitido por el canal Al Manar, afín a Hezbolá, Qasem también acusó al Gobierno de adoptar una medida que forma parte de una «estrategia de derrota», y que constituye una «clara violación de los fundamentos de la soberanía libanesa».
Además, ha declarado estar «abierto al diálogo», aunque lo ha condicionado a que el acuerdo alcanzado en noviembre del año pasado con Israel sea «respetado». «El Gobierno debe dar prioridad a la idea de introducir medidas que permitan liberar todos los territorios libaneses frente a la ocupación israelí», concluyó.