En un evento significativo en Washington, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, han firmado un acuerdo en la presencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comprometiéndose a resolver un conflicto que data de hace cuatro décadas y ha sido intensificado por disputas sobre territorios como Nagorno Karabaj.
Durante la ceremonia, Trump declaró que ambos países «se comprometen a detener para siempre los combates», en un acuerdo que no solo busca pacificar la región sino también normalizar las relaciones bilaterales, enfatizando el «respeto» mutuo por «la soberanía y de la integridad territorial».
Trump también celebró este logro como un avance «increiblemente positivo para el futuro de toda la región» del Cáucaso, anticipando futuras oportunidades para el desarrollo económico y cooperación en áreas críticas incluyendo la defensa.
Asimismo, Trump anunció la eliminación de restricciones de 1992 impuestas a la cooperación militar con Azerbaiyán, recibiendo la gratitud de Aliyev, quien elogió el rol crucial de Trump en la consecución del acuerdo. Aliyev también destacó el «compromiso personal» de Trump con la paz regional, describiendo el acuerdo como precursor de «una nueva era basada en el pleno respeto de la soberanía».
En la rueda de prensa, los tres líderes proclamaron el día como «histórico», y Aliyev lo calificó de «milagro». Además, Aliyev y Pashinián sugirieron que Trump debería ser considerado para el premio Nobel de la Paz, planteando una nominación conjunta ante el Comité Noruego.
Trump, agradeciendo el reconocimiento, contrapuso sus logros diplomáticos con las acciones de su predecesor, Joe Biden, criticando su falta de esfuerzo en mediar entre Bakú y Ereván. «Probablemente lo intentó doce minutos y no funcionó», comentó irónicamente.














