Este jueves, las autoridades rusas han confirmado el arresto de tres ciudadanos del país por su presunta implicación en la planificación de un atentado. El objetivo era un alto cargo de una compañía del sector de defensa ubicada en San Petersburgo, utilizando una bomba lapa. Este acto ha sido atribuido por Rusia a una operación orquestada por los servicios de inteligencia de Ucrania.
El Servicio Federal de Seguridad (FSB) ha revelado que los arrestados formaban parte de “una red de agentes de los servicios especiales ucranianos”. Según el FSB, estos individuos intentaron asesinar al ejecutivo, cuya identidad se mantiene en reserva, mediante la colocación de un explosivo casero en su automóvil.
En el comunicado emitido, se especificó que dos de los detenidos realizaron tareas de vigilancia cerca del objetivo y ocultaron un artefacto explosivo en un cementerio local. La persona encargada de colocar la bomba en el vehículo se disfrazó de mujer para ejecutar el plan, siendo capturada en el acto.
“Durante los interrogatorios se han obtenido confesiones de los detenidos sobre los preparativos del ataque terrorista y su colaboración con el enemigo a través de Telegram”, indicó el FSB, advirtiendo además sobre el uso de aplicaciones e Internet por parte de los servicios ucranianos para identificar y reclutar agentes para actividades de terrorismo y sabotaje.