El jueves, autoridades británicas realizaron las primeras detenciones de migrantes que cruzaron el canal de la Mancha, siguiendo el reciente acuerdo entre Reino Unido y Francia, basado en el principio de «uno dentro, uno fuera».
Estos arrestos ocurrieron tras la llegada de varios migrantes el miércoles al puerto de Dover. El Ministerio del Interior de Reino Unido ha confirmado que los migrantes detenidos serán retenidos hasta su retorno a Francia.
La ministra del Interior, Yvette Cooper, ha declarado que este acuerdo representa «un punto de inflexión», y que el primer grupo de migrantes ya se encuentra en un centro de detención.
«Esto envía un claro mensaje a cada migrante que se esté siquiera planteando pagar a miembros del crimen organizado para viajar a Reino Unido arriesgando sus vidas y tirando dinero por la borda para tratar de hacer este trayecto en una pequeña embarcación», indicó Cooper.
En julio, los gobiernos de ambos países anunciaron este acuerdo, explicando que por cada persona retornada al territorio francés, «se permitirá la entrada de una persona (solicitante de asilo en Francia) por una ruta segura, controlada y legal sujeta a estrictos controles de seguridad y solo disponible para quienes no hayan intentado entrar a Reino Unido de forma ilegal».
Tanto el presidente francés, Emmanuel Macron, como el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, han destacado que la finalidad es fortalecer la cooperación con los países de origen y desarticular las redes de tráfico humano, abordando las «causas profundas» de la inmigración ilegal.
Según el acuerdo, se establece «un principio de equivalencia entre el número de readmisiones a Francia y el número de admisiones legales a Reino Unido», y «complementa» a la «cooperación europea en materia de migración irregular».
















