Al menos 17 personas, entre ellas cuatro menores, han perdido la vida a causa del frío extremo y las intensas lluvias asociadas a una tormenta polar que azota la Franja de Gaza desde la semana pasada. El temporal ha provocado el colapso de viviendas y daños en decenas de tiendas de campaña donde se refugian desplazados por la ofensiva militar de Israel tras los ataques del 7 de octubre de 2023.
Según ha explicado el portavoz de Defensa Civil, Mahmud Basal, la mayoría de los fallecimientos se han producido por hipotermia e inundaciones, mientras “decenas de viviendas se han derrumbado por completo desde el inicio de la tormenta”.
El responsable ha detallado que “más de 90 edificios han sufrido derrumbes parciales, lo que supone una amenaza directa a la vida de miles de personas en Gaza”, en declaraciones recogidas por el diario ‘Filastin’, cercano al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que controla de facto el enclave palestino.
Basal ha añadido que cerca del 90 por ciento de las tiendas de campaña se encuentran “completamente inundadas” por las lluvias torrenciales, de modo que “miles de ciudadanos de varias zonas han perdido sus refugios” y “se han quedado sin pertenencias”. “Esto ahonda su sufrimiento”, ha subrayado.
En las últimas horas, fuentes médicas han informado del fallecimiento de un bebé de 29 días, identificado como Said Abdin, que vivía en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido de que 55.000 familias y unos 30.000 niños en Gaza se han visto afectados por las precipitaciones, por lo que “existe una necesidad urgente de reanudar las medidas para garantizar la protección de la infancia”.
Por su parte, el Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) ha señalado que las actuales condiciones meteorológicas continúan causando “daños” en infraestructuras esenciales, lo que se traduce en “pérdida de vidas”. “Es de vital importancia entregar ayuda humanitaria, lo que incluye suministros para la reconstrucción de refugios permanentes”, ha remarcado la organización.
Antes, el comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), Philippe Lazzarini, había denunciado que los menores en Gaza no tienen “respiro” frente al “intenso frío y las inundaciones” derivadas de la tormenta ‘Byron’.
“Si bien la tormenta es un peligro natural, sus consecuencias son provocadas por el hombre para una población obligada a vivir entre ruinas, en refugios improvisados o en tiendas de campaña”, ha afirmado, al tiempo que ha destacado que “miles de miembros del equipo de la UNRWA están haciendo todo lo posible para bombear agua, distribuir mantas y brindar atención médica básica”. “Se podría hacer mucho más si se permitiera que la ayuda fluyera sin obstáculos”, ha concluido.