Este fin de semana, dos parlamentarios israelíes fueron hostigados por miembros de la comunidad ultraortodoxa debido a la propuesta de una nueva ley que busca incorporar a los estudiantes de la Torá al servicio militar, una medida que ha provocado el enfado de los sectores más extremistas haredíes, quienes gozaban de una exención histórica en peligro de desaparecer.
Los afectados son legisladores de partidos que tradicionalmente han defendido a los ultraortodoxos, quienes se ven presionados por la necesidad de más soldados para sostener las operaciones militares en Gaza.
El primer incidente ocurrió cuando el diputado Yoav Ben-Tzur, del partido Shas, fue atacado al salir de una clase en Jerusalén, resultando su vehículo con las ventanas destrozadas, aunque él salió ileso, según informó la policía al ‘Times of Israel’. Posteriormente, el hogar del diputado Yaakov Asher en Bnei Brak fue sitiado por una multitud de ultraortodoxos.
El primer ministro Benjamin Netanyahu ha repudiado estos actos, especialmente el ataque a Ben-Tzur, atribuyéndolos a “un puñado de exaltados”. En su perfil de X, Netanyahu declaró: “Aunque existan diferencias de opinión, no hay lugar para la violencia. Las fuerzas del orden deben actuar con firmeza contra cualquier intento de aterrorizar o dañar a los representantes electos”.
Mientras tanto, los partidos haredíes han luchado por mantener las exenciones del servicio militar, llegando a romper con el gobierno y boicotear la legislación de la coalición. Boaz Bismuth, presidente del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa del Parlamento, ha presentado el texto definitivo sobre el reclutamiento, que, aunque permitirá a muchos hombres haredi evitar el servicio, impone solo sanciones mínimas para los evasores y facilita el regreso de estos partidos a la coalición liderada por Netanyahu.











