El día lunes, funcionarios de Irak comunicaron la ocurrencia de un ataque por drones al campo de gas de Jurmala, ubicado cerca de Erbil, capital de la zona semiautónoma del Kurdistán iraquí. Hasta el momento, ningún grupo ha asumido la responsabilidad del ataque.
El asalto, ejecutado por «dos drones de origen desconocido», se produjo aproximadamente a las 20.30 horas (hora local). «No se han reportado víctimas y los daños se han limitado a materiales», según informó la Célula de Seguridad de Medios de Irak, afiliada al Ministerio de Defensa, a través de una publicación en su perfil de Facebook.
Además, dicho organismo mencionó que «se está coordinando con las fuerzas de seguridad e Inteligencia de la región del Kurdistán para investigar las circunstancias de este ataque».
El Ministerio de Recursos Naturales del Kurdistán, por su parte, reprobó los ataques a su infraestructura económica y detalló que entre las 20.20 y las 20.25 horas «dos drones bombarderos atacaron el yacimimiento petrolífero» ocasionando daños en las tuberías de agua de la central».
Temprano en la mañana, las autoridades kurdas reportaron el derribo de un dron cerca del aeropuerto de Erbil, que alberga una base con tropas de la coalición internacional contra el grupo Estado Islámico, liderada por Estados Unidos.
Este incidente se suma a una serie de ataques recientes con drones en áreas de la región semiautónoma del Kurdistán, desde que comenzó a regir el alto el fuego entre Israel e Irán el 24 de junio, luego de doce días de enfrentamientos iniciados por la ofensiva de Israel contra Irán.
Las autoridades kurdas han señalado a milicias proiraníes como responsables de estos ataques y han criticado al Gobierno central por su inacción ante estos eventos, señalando específicamente a las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) –un conglomerado de milicias proiraníes ahora parte de las fuerzas de seguridad– como los perpetradores de estos ataques.