Este jueves, las autoridades de Rusia han confirmado que el número de víctimas mortales por la explosión en una instalación militar en Cheliabinsk, cerca de la frontera con Kazajistán, ha escalado a doce. La fábrica afectada se encuentra en la localidad de Kopeysk.
El gobernador de Cheliabinsk, Alexei Teksler, ha manifestado que “el número de muertos asciende a doce” y ha añadido que se está investigando el paradero de otros diez trabajadores, lo que podría incrementar el número de víctimas. Teksler también ha proclamado un día de luto oficial en la región.
Según comunicó Teksler en su canal de Telegram, los equipos de emergencia siguen operando en el lugar para continuar con las operaciones de búsqueda y rescate de posibles supervivientes.
Previamente, el gobernador había informado que aproximadamente veinte personas resultaron heridas en el incidente, de las cuales cinco están en estado crítico en el hospital. Los demás afectados están siendo tratados de manera ambulatoria.
Además, se confirmó que el fuego provocado por la explosión ha sido sofocado y que se ha iniciado una investigación para esclarecer los detalles del suceso. “Se establecerán todas las circunstancias de esta tragedia”, aseguró Teksler, descartando que el incidente fuera un ataque con drones, en alusión a Ucrania.