Han dado comienzo en Australia los actos fúnebres por las quince personas fallecidas en el tiroteo del domingo en la playa de Bondi, en Sídney. El primero de ellos ha sido el del rabino Eli Schlanger, que se encontraba en la zona con motivo de la festividad judía de Janucá cuando tuvo lugar el ataque.
Miles de asistentes se han congregado en la sinagoga Chabad, en Bondi, para despedir a Schlanger, en una ceremonia marcada por un fuerte dispositivo de seguridad durante toda la mañana, según ha informado la cadena de televisión ABC.
Un amplio número de agentes de Policía se ha desplegado tanto en el interior del templo como en sus inmediaciones conforme avanzaba el acto. La calle en la que se ubica la sinagoga, situada a apenas un kilómetro del escenario del tiroteo, ha sido cortada al tráfico para facilitar la gestión de la circulación.
Entre los presentes se encontraban varias figuras políticas australianas, incluido el ex primer ministro Scott Morrison. Mientras tanto, 22 heridos permanecen hospitalizados en centros sanitarios de Sídney, nueve de ellos en estado crítico.
Schlanger, de 41 años, llevaba 18 años vinculado a la sinagoga de Chabad y era padre de varios hijos, uno de ellos un bebé de solo dos meses. Las pesquisas apuntan a que los presuntos atacantes, un hombre de 50 años y su hijo de 24, se habrían radicalizado tras un viaje al sur de Filipinas, donde habrían recibido “entrenamiento terrorista”, unas declaraciones que han sido duramente criticads por Manila.