La sospechosa de un tiroteo ocurrido en una escuela católica en Minnesota el pasado miércoles, causando la muerte de dos niños, expresó su deseo de que los niños «querían ver sufrir a los niños», reveló una investigación inicial. Además, se han encontrado mensajes de repudio hacia Israel y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El comisario de la Policía de Minneapolis, Brian O’Hara, comunicó durante una conferencia de prensa que se encontraron aproximadamente 120 casquillos de bala en la iglesia de la escuela, disparados por Robin Westman, la única sospechosa, quien disparó indiscriminadamente.
O’Hara no quiso teorizar sobre las motivaciones detrás del ataque, pero mencionó que la atacante, quien se suicidó en el acto, mostraba una «fascinación» por otros crímenes masivos y parecía buscar «obtener notoriedad», de acuerdo con NBC News.
El fiscal de distrito, Joseph Thompson, también destacó que Westman tenía una obsesión con matar a niños y, aunque evitó repetir sus palabras exactas, que describió como «horribles», enfatizó que ella «quería ver sufrir a los niños».
El director del FBI, Kash Patel, ha señalado en su perfil de la red social X que los recientes descubrimientos indican que fue un acto terrorista «motivado por una ideología de odio». Se encontraron referencias anti católicas en una nota y en las armas, así como llamados a la violencia contra la comunidad judía y contra Trump.
Patel, al igual que el jueves, se refirió al autor de los disparos como un «sujeto varón» y lo mencionó por su nombre de nacimiento, «Robert Westman», aunque en documentos oficiales ya figura como mujer.
Este ataque ha reactivado el debate sobre la posesión y acceso a las armas de fuego en Estados Unidos, dejando un saldo de dos niños fallecidos, de ocho y diez años, y otras 17 personas heridas, 14 de ellas niños.