La ministra de Medioambiente del estado federado alemán de Brandenburgo, Hanka Mittelstadt, ha comunicado este jueves que se han derramado entre 250.000 y 350.000 litros de petróleo debido a una fuga registrada la noche anterior en un oleoducto situado al norte de la capital alemana, Berlín.
Mittelstadt, que ha confirmado el cierre temporal de la conducción, ha señalado que en los próximos días se tomarán muestras con el fin de determinar si el vertido ha alcanzado las aguas subterráneas, la superficie o estratos más profundos del terreno.
Los servicios de emergencia habían calculado inicialmente que se habrían liberado al menos 200.000 litros desde el oleoducto que conecta la ciudad portuaria de Rostock con Schewedt, como consecuencia de una fuga provocada tras un accidente laboral durante unos trabajos en la instalación.
Los equipos de bomberos desplazados a la zona, próxima a la localidad de Gramzow, concluyeron sus labores entre las 2,00 y las 3,00 horas de la madrugada, según precisó un portavoz del centro regional de coordinación de emergencias. El crudo salió proyectado varios metros y terminó esparcido sobre terrenos agrícolas de los alrededores.
En declaraciones a la agencia de noticias DPA, el jefe del cuerpo de Bomberos de Schwest, Alexander Trenn, ha explicado que han logrado retirar todo el petróleo derramado que era visible y que, en el momento de abandonar el área afectada, ya no quedaba ningún charco.
La compañía que gestiona la refinería, PCK, ha señalado que las primeras averiguaciones indican que el suceso se originó durante “los trabajos preparatorios para una prueba de seguridad prevista en el oleoducto”. La empresa también ha indicado que “se ha descartado la posibilidad de una interferencia deliberada”.
La refinería PCK Schwedt, situada aproximadamente a 90 kilómetros al noreste de Berlín y próxima a la frontera con Polonia, suministra combustible a buena parte del noreste del país, incluida la capital alemana. Las autoridades han subrayado que “el suministro de combustible y gas en Brandenburgo y Berlín no se ha visto afectado por este incidente”.
El gasoducto pertenece formalmente a las filiales alemanas de la energética estatal rusa Rosneft, aunque, tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, el Gobierno federal alemán decidió colocar dichas filiales bajo su tutela y supervisión directa.










