En el contexto de un plan de austeridad que busca reducir cerca de 44.000 millones de euros en gastos, el primer ministro francés, François Bayrou, se ha mantenido firme en su decisión de llevar a cabo una moción de confianza en el Parlamento ‘para que los franceses vean la gravedad del asunto’.
‘Por una vez, este no es un Gobierno que se echa atrás. Y para que los franceses vean la gravedad del asunto, pongo su futuro sobre la mesa’, afirmó Bayrou en una entrevista con France Info, donde explicó que ‘no puede haber una política valiente sin el apoyo del país’.
Bayrou ha comentado que no se arrepiente de haber convocado esta votación, a pesar de las predicciones que apuntan a una probable derrota, especialmente sin el respaldo de la ultraderechista Agrupación Nacional. Según Bayrou, tanto el partido de Marine Le Pen como el Partido Socialista han reconocido acertadamente la gravedad de la situación presupuestaria. ‘Vinieron y dijeron: ‘Tienes razón’. Esto es un avance enorme’, relata.
Frente a la eventualidad de perder la votación del próximo lunes 8 de septiembre, Bayrou ha declarado que ‘una disolución (del Gobierno) no resuelve absolutamente nada’ y resultaría en una Asamblea ‘aún más dividida’ y ‘paralizada’.
‘Estoy convencido de que si aceptamos ver las cosas tal y como son, como propongo, y si después aceptamos, como me han propuesto algunas fuerzas políticas, sentarnos a la mesa, quizá podamos avanzar mejor’, enfatizó, apelando al diálogo y la negociación con la oposición.
En cuanto al paquete de recortes, Bayrou ha destacado que su Gobierno no propone ‘la austeridad, sino una ralentización del gasto’, y está abierto a discutir una de las medidas más controvertidas, la eliminación de dos días festivos. Aunque estas medidas ‘representan el 10 por ciento del esfuerzo que hay que hacer (…) es sólo una propuesta que podemos cambiar, trasladar, enmendar’.
Ante el plan de Bayrou, se han organizado protestas para el próximo miércoles bajo el lema ‘Bloqueémoslo todo’. Se espera la participación de al menos 100.000 personas, una cifra que Bayrou considera ‘bastante baja para la sociedad francesa’. ‘Me preocupa la situación en el país, me preocupa la falta de concienciación’, subrayó.