Bolivia enfrenta este domingo una elección presidencial en segunda vuelta, un formato que se implementó en 2009. Este proceso electoral presenciará el cierre de casi dos décadas de influencia del Movimiento al Socialismo (MAS) y se ve marcado por una severa escasez de combustible, convirtiéndose en el tema central de los debates.
La falta de hidrocarburos ha alcanzado tal extremo que las autoridades electorales han tenido que asegurar con las grandes compañías energéticas la distribución de los materiales electorales a nivel nacional. En medio de la crisis económica, los indicadores apuntan a un descenso acusado del consumo debido al incremento en el costo de la vida y la escasez de divisas y combustibles, evidenciada en las largas filas en las estaciones de servicio.
La divisa estadounidense ha visto un aumento en su valor en el mercado negro, lo que ha devaluado la moneda local y reducido el poder adquisitivo de las familias bolivianas. Al mismo tiempo, la inflación ha impactado severamente en el sector alimenticio con aumentos de hasta el 30 por ciento.
En esta ocasión, los candidatos a cerrar el ciclo de gobiernos de izquierda son dos políticos veteranos: Jorge Tuto Quiroga y Rodrigo Paz. La crisis interna del MAS, los problemas legales del expresidente Evo Morales y la grave crisis económica del país son claves para comprender los resultados de las elecciones de agosto.
CANDIDATOS
Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano, lideró sorpresivamente la primera vuelta con un discurso distante tanto del MAS como de una oposición conservadora dividida. Propone una visión de ‘capitalismo para todos’, con reducciones en el gasto público y reformas para atraer inversión privada, aunque sin buscar apoyo del FMI, a diferencia de Quiroga, quien no se opone a esta opción. Paz ha asegurado que no intentará reelegirse.
Paz proviene de una familia con una larga tradición política. Su compañero de fórmula es Edman Lara, un ex policía conocido por denunciar corrupción. Por su parte, Quiroga, con el apoyo de Alianza Libre, ha prometido combatir el narcotráfico y mejorar la seguridad económica, apostando por la diversificación de la producción y la exportación de recursos como la quinoa y el litio. Su candidato a vicepresidente es Juan Pablo Velasco, un emprendedor tecnológico envuelto en controversias.
RECTA FINAL
La última encuesta antes del periodo de silencio electoral muestra a Quiroga con un 44,9 por ciento de los votos frente al 36,5 por ciento de Paz, aunque un 20 por ciento de indecisos podría cambiar el panorama. La economía es la principal preocupación para los votantes, que esperan soluciones rápidas que ambos candidatos han prometido explorar fuera del modelo estatista previo.
Los resultados de esta elección no solo decidirán el futuro de Bolivia, sino que también podrían influir en el equilibrio político de América Latina, especialmente con elecciones próximas en otros países de la región.