El recién nombrado ministro de Exteriores de Bolivia, Fernando Aramayo, ha descartado la posibilidad de cerrar el diálogo con Nicaragua, Cuba y Venezuela, países que fueron aliados cercanos durante los mandatos del MAS. Sin embargo, ha reconocido que habrá un distanciamiento natural ya que existen diferencias en «valores y principios».
Aramayo ha destacado que la administración del presidente Rodrigo Paz adoptará una «perspectiva pragmática» en sus políticas exteriores y ha confirmado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, después de casi dos décadas de ruptura iniciada por el expresidente Evo Morales.
«Vamos a convivir, vamos a interactuar con quienes compartimos valores y principios, pero eso no significa que dejemos de dialogar y tener algún tipo de entendimiento con quienes no necesariamente comparten nuestros principios y valores», señaló Aramayo respecto a Nicaragua, Cuba y Venezuela.
En cuanto a Chile, con quien Bolivia mantiene una disputa territorial desde la Guerra del Pacífico a fines del siglo XIX y con quien no tiene relaciones diplomáticas desde 1978, Aramayo afirmó que se atenderán los intereses nacionales para superar barreras que afectan negativamente al país. A pesar de la demanda boliviana por una salida al mar, presentada en 2013 ante la Corte Internacional de Justicia, que en 2018 eximió a Chile de negociar, las relaciones se mantienen tensas.
El encuentro de líderes sudamericanos en la toma de posesión de Paz este fin de semana en La Paz, que contó con la presencia del presidente chileno, Gabriel Boric, entre otros, simboliza un esfuerzo por fortalecer la cooperación regional. «Me voy con ganas de seguir trabajando por la hermandad de nuestros pueblos», expresó Boric en sus redes sociales tras el evento.











