El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha desmentido recientemente las declaraciones hechas por Kilmar Ábrego García sobre supuestas torturas en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT). Ábrego, quien fue deportado desde Estados Unidos, alegó haber sufrido violencia física y psicológica en dicha instalación.
Desde su plataforma en la red social X, Bukele afirmó que Ábrego «no fue torturado, ni perdió peso», sino que «engordó durante su detención». Acompañó su mensaje con un vídeo donde se muestra a Ábrego aparentemente en buen estado. «Hay muchas imágenes de diferentes días, incluida su reunión con el senador (estadounidense) Van Hollen, quien confirmó que el hombre parecía estar bien», explicó el presidente.
«Si le habían torturado, privado de sueño y matado de hambre, ¿por qué tiene tan buen aspecto en todas las fotos? ¿Por qué iba a engordar? ¿Por qué no tiene moratones ni ojeras?», cuestionó Bukele en su publicación.
Bukele también criticó la actitud de los medios de comunicación y el sistema judicial occidental respecto a la denuncia de Ábrego. «A parecer, cualquier cosa que afirme un criminal es aceptada como verdad por los principales medios de comunicación y el desmoronado sistema judicial occidental», señaló.
Las afirmaciones de Bukele suceden tras un informe presentado por la defensa de Ábrego ante el Tribunal Federal de Maryland, en Estados Unidos, donde se denuncian las severas condiciones en la macrocárcel, incluyendo palizas, privación de sueño, alimentación inadecuada y tortura psicológica.
En dicho informe, los abogados solicitaron a la jueza Paula Xinis que «tome todas las medidas» necesarias para restaurar el estado previo de Ábrego antes de ser «impropiamente enviado a El Salvador». Además, pidieron asegurar que Ábrego no sea transferido de nuevo al país centroamericano «o a un tercer país que vaya a o pueda enviarlo a El Salvador sin previo aviso y oportunidad de ser escuchado».