El petrolero ruso, parte de la denominada ‘flota fantasma’ de Moscú, que fue detenido por las autoridades francesas cerca de Saint-Nazaire en Bretaña, ha zarpado nuevamente este viernes. Este incidente fue catalogado por el presidente Vladimir Putin el jueves como «piratería».
Después de ser abordado por la Marina francesa el miércoles, el navío ‘Boracay’ se dirige hacia el suroeste. El capitán y su segundo, ambos chinos, inicialmente detenidos, están ahora en libertad, aunque el capitán enfrentará un juicio en Brest en febrero, según reporta ‘Liberation’.
Francia defendió su intervención como parte de las medidas para presionar a las estructuras que apoyan la guerra de Rusia contra Ucrania. Putin, por su parte, denunció la captura del petrolero en «aguas neutrales» y sin justificación, aunque sugirió que el objetivo era buscar «material bélico».
Las autoridades francesas argumentaron que el abordaje fue motivado por las «inconsistencias» mostradas en relación a la nacionalidad del buque y la ausencia de bandera, aunque finalmente se identificó que llevaba la bandera de Benín.
Según medios franceses, el ‘Boracay’ partió de un puerto ruso hacia India, transportando ilegalmente productos petrolíferos, intentando evadir las sanciones impuestas a Moscú desde el inicio de la invasión a Ucrania, hace más de tres años y medio. El buque también figura en la ‘lista negra’ de la UE, Canadá, Suiza, Nueva Zelanda y el Reino Unido por ser parte de la ‘flota en la sombra’, utilizada por Rusia para comerciar con petróleo y grano ucraniano robado, burlando las sanciones.