Alrededor de 400.000 personas se reunieron el sábado en la recién nombrada plaza de los Rehenes en Tel Aviv para festejar el acuerdo de cese al fuego e intercambio de prisioneros entre israelíes y palestinos, evento que contó con la presencia del enviado especial de EE.UU. para Oriente Próximo, Steve Witkoff; Jared Kushner, yerno de Donald Trump; y su esposa, Ivanka Trump.
Witkoff expresó su gratitud a Trump, Kushner, líderes árabes y musulmanes, al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu —quien fue recibido con abucheos— y a las familias de los rehenes por su esfuerzo en alcanzar este acuerdo en curso. “He soñado con esta noche durante mucho tiempo. Esta es la vista más poderosa. Los corazones laten como uno solo reunidos aquí en Tel Aviv por la paz, por la unidad y por la esperanza de este lugar sagrado que llamamos plaza de los Rehenes. Solo desearía que el presidente estuviera aquí”, declaró Witkoff.
El enviado especial resaltó la humanidad y el espíritu indomable de Trump. “Todos tenemos una deuda con el presidente Trump. En el peor de los momentos se negó a aceptar que la paz en Oriente Próximo estuviera fuera de nuestro alcance. Unión a países que estaban divididos por conflictos de hace generaciones y nos ha demostrado que la paz es más fuerte que el dolor. Ha demostrado al mundo que la fuerza y la paz van de la mano. No son contrarios, sino socios”, enfatizó.
“Esta noche estamos aquí unidos judíos, cristianos y musulmanes con un objetivo común. Esta noche celebramos algo extraordinario. Es la prueba viva de que los milagros existen”, continuó Witkoff, quien también destacó la paz que surge no de la política, sino de la valentía de aquellos que se niegan a rendirse.
Witkoff también mencionó a líderes regionales como el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, o el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, y a las familias de los rehenes, cuyo sacrificio describió como “el peso moral de esta nación”. “Nuestros hermanos y hermanas vuelven a casa”, proclamó.
Finalmente, Witkoff recordó a los militares israelíes fallecidos “en defensa de este país, Israel, y en defensa de la paz”. “Su sacrificio no será olvidado jamás. No serán recordados solo con pena, sino con la esperanza de un futuro sin miedo”, concluyó. “Que Dios os bendiga. Que Dios bendiga a los Estados Unidos de América y que Dios bendiga a Donald J. Trump, el presidente más grande que haya visto nunca el mundo”, remachó.