El domingo, el Gobierno de China declaró que sus nuevas restricciones a la compra de dispositivos médicos de compañías de la Unión Europea entrarían en vigor de forma inmediata, marcando otro capítulo en las tensiones comerciales entre Pekín y Bruselas.
Con estas regulaciones, las empresas con base en la UE no podrán optar a contratos gubernamentales chinos que excedan los 45 millones de yuanes (aproximadamente 5,3 millones de euros) para ciertos tipos de dispositivos médicos. Esta acción es similar a la tomada por Bruselas el mes pasado.
El 20 de junio, Maros Sefcovic, comisario de Comercio y Seguridad Económica, reveló que este mes la Unión Europea restringiría a los fabricantes chinos en licitaciones de contratos públicos superiores a 5 millones de euros dentro del sector de dispositivos médicos, como respuesta a las desventajas que enfrentan las firmas europeas en China.
Una investigación realizada por Bruselas muestra que Pekín impone «significativas y recurrentes» restricciones legales y administrativas, afectando al 87% de las licitaciones públicas en este sector con prácticas «excluyentes y discriminatorias» contra las entidades europeas.
En su comunicado, el Ministerio de Comercio chino expresó su decepción por la actitud de la UE, afirmando que «la UE ha ignorado la buena voluntad y la sinceridad de China y ha insistido en imponer medidas restrictivas y construir nuevas barreras proteccionistas». Añadió que «Por lo tanto, China no ha tenido más remedio que adoptar medidas restrictivas recíprocas, que tienen como objetivo salvaguardar los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas y mantener un entorno competitivo justo», aclarando que estas medidas solo afectan a los productos sanitarios importados de la UE y no a los producidos localmente por compañías con inversión europea.