Las autoridades establecidas en Siria tras la caída del régimen de Bashar al Assad y la milicia kurdo-árabe Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) se han responsabilizado mutuamente este lunes de una serie de ataques ocurridos en la ciudad de Alepo, en el noroeste del país, que han dejado varios heridos.
El Ministerio del Interior sirio ha señalado que combatientes de las FDS desplegados en los barrios de Seij Maqsud y Ashrafiyé han “traicionado” a las fuerzas de seguridad interna destacadas en los puestos de control conjuntos, contra las que habrían abierto fuego, de acuerdo con un comunicado difundido en su canal de Telegram.
De acuerdo con esta versión oficial, el tiroteo ha causado heridas a un integrante de las fuerzas de seguridad interna y a un militar del Ejército, además de provocar varios heridos entre miembros de la Defensa Civil y entre la población civil.
En respuesta, las FDS han manifestado que “las fuerzas gubernamentales han lanzado un feroz ataque con armas pesadas y medianas” después de “atacar un puesto de control de las fuerzas de seguridad interna en la ciudad”. “Los residentes y las fuerzas de seguridad resisten el ataque y toman todas las medidas necesarias para protegerse”, han afirmado.
Horas antes, la milicia ya había denunciado que “dos miembros de las fuerzas de seguridad interna de Alepo resultaron heridos en un ataque perpetrado por facciones afiliadas al Ministerio de Defensa”, insistiendo en que se trataría de “una clara continuación de la escalada desenfrenada que amenaza la seguridad de la ciudad y la vida de los civiles, y revela la incapacidad de Damasco para controlar a sus facciones afiliadas”.
A pesar de que el presidente de transición sirio, Ahmed al Shara, rubricó el pasado 10 de marzo un acuerdo con el comandante de las FDS, Mazlum Abdi, para reincorporar las instituciones autónomas kurdo-árabes al Estado sirio, la implementación del pacto avanza con retraso y ha dado lugar a choques armados puntuales.