Al menos cinco personas han perdido la vida y más de una decena han resultado heridas este sábado en una serie de enfrentamientos armados entre vecinos de los municipios guatemaltecos de Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán, en el departamento de Sololá, situados a ambos lados de la carretera internacional Panamericana, una de las principales vías terrestres del país.
La circulación por este tramo de la Panamericana ha permanecido interrumpida durante más de ocho horas, después de que grupos armados de ambas localidades se enfrentaran a raíz de un conflicto territorial que se arrastra desde hace años, según han confirmado las autoridades locales al diario “La Hora”.
Ante la escalada de violencia, la Policía Nacional Civil (PNC) y unidades del Ejército de Guatemala fueron enviadas a la zona con el objetivo de contener los ataques y reabrir el paso en la carretera Panamericana. Aun así, las autoridades siguen recomendando circular con extrema precaución por el área, ante el riesgo de toparse con hombres armados en los alrededores de la vía.
El Ejecutivo de Bernardo Arévalo ha repudiado públicamente los hechos y ha informado de que siete militares han resultado heridos durante la jornada. Además, ha denunciado el secuestro de 15 agentes de la PNC en el marco de estos incidentes.
“Grupos paramilitares, ilegales, altamente armados atacaron el destacamento militar ubicado en Nahualá. Adicionalmente, tomaron la estación de policía y secuestraron a 15 agentes. También obstaculizaron carreteras y secuestraron buses. El Ejército de Guatemala respondió de forma defensiva, resultando, hasta el momento, siete oficiales heridos”, han indicado las autoridades guatemaltecas en un comunicado.
El Gobierno considera que los sucesos de este sábado trascienden la disputa de tierras entre Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán y ha subrayado que la situación en ambos municipios “evidencia un cambio crítico en la naturaleza de un conflicto histórico que está siendo aprovechado por grupos ilegales armados poniendo en riesgo a la población”.
Según el análisis del Ejecutivo, los choques armados muestran que el “crimen organizado” ha logrado afianzarse en la zona y “está utilizando las estructuras y tensiones locales para sus propios fines delictivos”, lo que ha incrementado “sustancialmente” la amenaza para “la población civil y la seguridad nacional”.
Entre los objetivos de estos ataques, de acuerdo con la versión oficial, estaría “crear un vacío de autoridad estatal” que facilite la actuación de organizaciones criminales que, en esta ocasión, se encontraban “altamente armados”.
“Reiteramos que la presencia del Ejército de Guatemala es neutral y resguarda a ambas comunidades de los desmanes del crimen organizado. La presencia del Estado es protección, no represión. Alertamos a la población para que no atienda información falsa que está girando contra las fuerzas del Ejército de Guatemala”, ha afirmado el Gobierno guatemalteco.
