Un ciudadano ucraniano arrestado en Italia por su presunta implicación en el sabotaje del gasoducto Nord Stream en 2022 ha comenzado una huelga de hambre en prisión. Esta acción se produce después de que el tribunal de Bolonia diera luz verde a su extradición a Alemania, a pesar de que el Tribunal Supremo había paralizado previamente el proceso por posibles fallos en el procedimiento.
Nicola Canestrini, abogado de Sergei K., de 49 años, comunicó a través de una nota a Europa Press que su cliente inició la huelga de hambre el 31 de octubre “para exigir el respeto de sus derechos fundamentales, incluido el derecho a una alimentación adecuada, un entorno saludable, condiciones de detención dignas e igualdad de trato con los demás presos en cuanto a visitas familiares y acceso a la información”.
Canestrini ha expresado su preocupación por la salud de Sergei, señalando que desde su detención el 22 de agosto, “no habría contado con una dieta compatible con su estado de salud, lo que ha causado un deterioro físico”. Además, ha afirmado que las autoridades han sido informadas de la situación y que la huelga de hambre se mantendrá “hasta la decisión sobre la orden europea de investigación y arresto emitida por Alemania en relación con el llamado ‘caso Nord Stream’”.
El letrado ha solicitado una intervención urgente a las autoridades penitenciarias y al Departamento de Administración Penitenciaria del Ministerio de Justicia para “garantizar” condiciones acordes a los principios constitucionales e internacionales.
Detenido a finales de agosto en Rímini durante unas vacaciones familiares, Sergei ha sido recluido en una cárcel de máxima seguridad. La Justicia alemana le acusa de participar en actos de sabotaje en septiembre de 2022 contra infraestructuras del Estado. Paralelamente, otro ciudadano ucraniano fue arrestado en Polonia por motivos similares, aunque en este caso, tanto la Justicia como el Gobierno polaco han rechazado la extradición.
















