Este martes, desde Bruselas, la Comisión Europea ha declarado que el reciente ataque militar al oleoducto Druzhba, atribuido al Ejército de Ucrania, no compromete la provisión de petróleo a Hungría y Eslovaquia, pese a las preocupaciones manifestadas por Budapest sobre las acciones de Ucrania.
En una conferencia de prensa, Eva Hrncirova, portavoz de la Comisión, comentó que ‘no hay información clara’ acerca de quién inició el ataque, aunque las Fuerzas Armadas de Ucrania han justificado el ataque como legítimo, señalando que el oleoducto es parte de la ‘infraestructura económica’ de Moscú y apoya el suministro a sus tropas en Ucrania.
‘Estamos en contacto con las autoridades húngaras y eslovacas y lo importante es que la suspensión no afecta a la seguridad del suministro, que siempre es una prioridad para la Comisión Europea’, afirmó Hrncirova.
El Gobierno de Hungría había expresado su descontento horas antes del comunicado de la Comisión, calificando el ataque de ‘inaceptable’ y una amenaza a su seguridad energética. Las Fuerzas Armadas de Ucrania han admitido su participación en el incidente que ha paralizado el flujo de crudo ruso a través del oleoducto Druzhba.
El Estado Mayor de Ucrania informó que el ataque fue dirigido hacia una estación de bombeo de petróleo en la localidad de Nikolskoye, en la región de Tambov, Rusia, causando un incendio en las instalaciones.
Este conducto, que se extiende desde el centro de Rusia hacia el centro y este de Europa, continúa abasteciendo de petróleo ruso a Hungría y Eslovaquia, gracias a una exención de las sanciones europeas contra Moscú, debido a su ubicación geográfica particular.
Previamente, en marzo de este año, el suministro ya había sido interrumpido debido a daños en el oleoducto por acciones similares de Ucrania.
