La comisión de vacunas de los CDC deja de aconsejar la inmunización sistemática contra la hepatitis B en recién nacidos en EEUU

Los CDC dejan de recomendar de forma sistemática la vacuna de hepatitis B al nacer en EEUU y sitúan la decisión en los padres si la madre da negativo.

Archivo - Una vacuna utilizada para la hepatitis B en Estados UnidosEuropa Press/Contacto/Octavio Jones - Archivo

La comisión asesora sobre vacunas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) ha decidido este viernes retirar la recomendación general de administrar la vacuna contra la hepatitis B a todos los recién nacidos en el país, una directriz que se aplicaba de forma continuada desde 1991.

Hasta ahora, la pauta habitual de inmunización frente a la hepatitis B en bebés contemplaba tres dosis: la primera se inyectaba en las primeras 24 horas tras el parto, mientras que la segunda y la tercera se administraban alrededor del primer o segundo mes de vida y entre los seis y 18 meses, respectivamente.

Tras la revisión de sus criterios, la comisión de vacunas de los CDC ha establecido que, cuando la madre haya dado negativo en la prueba de hepatitis B, serán los progenitores quienes tomen la decisión, en coordinación con los profesionales sanitarios, sobre si el primer pinchazo se aplica en las primeras 24 horas después del nacimiento o si se pospone hasta los dos meses.

En cambio, para los recién nacidos de madres que den positivo en hepatitis B —un virus que puede transmitirse de madre a hijo durante el parto— se mantiene sin cambios la recomendación de vacunar en las 24 horas posteriores al nacimiento, tal y como ha informado la cadena NBC News.

El ajuste en las directrices llega después de que el secretario de Salud estadounidense, Robert F. Kennedy Jr. —conocido por cuestionar de forma reiterada la eficacia y seguridad de las vacunas— destituyera el pasado mes de junio a 17 miembros de la comisión por un presunto “conflicto de intereses” y los sustituyera por expertos afines a las posiciones de la Administración de Donald Trump.

Paralelamente, el Gobierno de Estados Unidos nombró al subsecretario del Departamento de Sanidad, Jim O’Neill, como nuevo responsable de los CDC en lugar de Susana Monarez, a quien acusó de mentir después de que ella denunciara haber recibido presiones para aceptar sus narrativas antivacunas.

La Casa Blanca defendió que estos relevos obedecen al propósito compartido tanto del presidente estadounidense, Donald Trump, como de Kennedy de “restaurar la confianza, la transparencia y la credibilidad de los CDC”. “El presidente tiene la autoridad de despedir a quien no esté alineado con su misión”, afirmó su portavoz, Karoline Leavitt.

Kennedy ha manifestado su rechazo a numerosas vacunas, incluida la de la COVID-19, a la que llegó a calificar como la “más letal jamás fabricada”. Además, ha respaldado teorías de la conspiración que vinculan las vacunas con el autismo.

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