En un giro sorprendente durante la octogésima Asamblea General de las Naciones Unidas, los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil y Donald Trump de Estados Unidos mostraron una renovada camaradería. Este encuentro, que tuvo lugar hace dos semanas, destaca un cambio notable desde una época de marcadas discrepancias. Trump destacó que hubo ‘excelente química’, un comentario que parecía improbable hasta hace poco.
Antes de que Trump asumiera de nuevo el cargo en enero, ya se respiraba tensión ya que Lula había mostrado su apoyo a los demócratas en las elecciones, distanciándose de la afinidad previa entre ambos países. Las políticas agresivas de Trump hacia Brasil, incluyendo amenazas de sanciones y aranceles, y su apoyo al expresidente Jair Bolsonaro, intensificaron el conflicto diplomático.
Historicamente, Brasil y Estados Unidos han mantenido una alianza sólida a pesar de sus diferencias ideológicas. Sin embargo, las recientes amenazas arancelarias pusieron en riesgo esta relación. Lula criticó a Trump por actuar como si fuera el ‘emperador del mundo’ y sugirió que detrás de los aranceles estaba la influencia del clan Bolsonaro. Una acusación que se reforzó cuando Trump dirigió sus sanciones hacia el juez Alexandre de Moraes, vinculado al caso contra Bolsonaro.
En medio de estas tensiones, Itamaraty, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, no cesó en su esfuerzo por reconstruir puentes diplomáticos, algo que Trump finalmente aceptó ante las dificultades económicas internas de EE.UU. provocadas por la reducción de importaciones desde Brasil, incluyendo la notable ‘falta de café’ que Trump mencionó en una llamada telefónica a Lula.
Este acercamiento culminó con Trump llamando a Lula, marcando un cambio en su actitud usualmente confrontativa. Ahora, con una promesa de encuentro personal en el horizonte, ambos líderes parecen dispuestos a dejar atrás las hostilidades, una situación que ha dejado a los seguidores de Bolsonaro desorientados y sin una estrategia clara de cara a las próximas elecciones presidenciales en Brasil.