Desde el martes, un incendio ha estado asolando el macizo de Corbières, al sur de Francia, y ahora está «contenido», de acuerdo con la prefectura de Aude. Este siniestro ha quemado más de 16.000 hectáreas, convirtiéndose en el más destructivo que ha visto el país desde 1949.
Las autoridades locales han sido informadas sobre los progresos en las operaciones de control y extinción del fuego, pero aún está pendiente la revisión de las rutas de circulación. Por ello, se sigue desaconsejando el regreso de los habitantes a sus hogares.
Continúa la Alerta y la Necesidad de Apoyo
«La movilización sigue siendo esencial», ha enfatizado la prefectura, ya que las llamas todavía no están completamente extinguidas y solo se ha conseguido contener la propagación. En el terreno, más de 2.000 bomberos y cerca de 500 vehículos terrestres, junto con apoyo aéreo, continúan trabajando arduamente.
En cuanto a las víctimas, el número no ha aumentado, manteniéndose en un fallecido y 13 heridos, tres de ellos en estado crítico –dos civiles y un bombero–. Aunque el miércoles se reportaron tres personas desaparecidas, el viernes se confirmó que todas han sido localizadas y se encuentran en buen estado.