La muerte de un adolescente ucraniano de 17 años en un centro de acogida para refugiados en Donaghmede, un suburbio de Dublín, ha generado una gran conmoción en Irlanda, poniendo el foco sobre la vulnerabilidad de los menores que buscan asilo en el país sin acompañamiento adulto.
El joven, que respondía al nombre de Vadim Davidenko, había llegado a Irlanda hacía escasos días con la intención de solicitar asilo. El principal acusado del asesinato, un menor de origen somalí cuya identidad se mantiene en reserva, ya ha sido detenido y enfrenta cargos por el crimen.
Según relató la familia de Davidenko, el chico había dejado Ucrania en octubre con la esperanza de encontrar un futuro mejor en Irlanda. Desafortunadamente, su vida se vio truncada en el complejo Grattan Wood, donde fue apuñalado durante una altercado.
El sospechoso habría infligido heridas mortales en la cabeza, cara y torso de la víctima, de acuerdo con reportes de la cadena RTE. A pesar de la rápida intervención de los servicios de emergencia, solo pudieron certificar su muerte al llegar al lugar.
El centro de refugiados está gestionado por Tusla, la agencia irlandesa responsable de proveer servicios a menores y familias, incluidos aquellos que arriban al país sin acompañantes.