El gobierno de Corea del Norte ha expresado su rechazo a las recientes sanciones impuestas por Estados Unidos a ocho personas y dos organizaciones relacionadas con Pyongyang, acusadas de lavado de dinero. Han prometido adoptar las acciones “necesarias” ante lo que consideran un acto “insensato”.
Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia en enero, estas sanciones representan “las quintas” y son vistas por el régimen de Kim Jong Un como una manifestación de la “hostilidad clara” de Washington. Pyongyang ha declarado que se prepara para responder “con paciencia el tiempo que sea necesario”.
El Ministerio de Exteriores norcoreano, a través de un comunicado difundido por la agencia KCNA, ha señalado que estas medidas ponen fin a cualquier especulación sobre un posible cambio en la política de EE.UU. hacia la República Popular Democrática de Corea (RPDC). Además, ha criticado la actitud de Estados Unidos, que combina “presión, apaciguamiento, amenazas y chantajes”, asegurando que no afectará su postura.
“Estados Unidos debe tomar nota de que no puede alterar la situación estratégica actual entre la RPDC y Estados Unidos a su favor, por más que intente aplicar desesperadamente todas sus sanciones”, añadió el comunicado.
Las sanciones del Departamento del Tesoro de EE.UU. buscan detener actividades como los delitos cibernéticos y el lavado de dinero que contribuyen al financiamiento de programas de armas de destrucción masiva y misiles balísticos en Corea del Norte. Entre los sancionados están Jang Kuk Chol y Ho Jong Son, dos banqueros implicados en la acumulación ilícita de fondos, muchos en forma de criptomonedas, relacionados con ataques de ‘ransomware’ dirigidos a “ciudadanos estadounidenses”.
