El presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, ha instado este martes a los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea a adoptar decisiones concretas en la cumbre del 18 de diciembre para garantizar el respaldo financiero a Ucrania, en un momento en el que sigue abierto el debate sobre destinar los activos rusos inmovilizados en Europa a un “préstamo de reparaciones” para Kiev.
La reunión de Bruselas, en la que intervendrá el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, tendrá lugar mientras Estados Unidos impulsa conversaciones para poner fin a la guerra en Ucrania. En este contexto, las capitales europeas buscan aumentar la presión sobre Rusia para forzarla a negociar e influir en ese proceso con el fin de que los intereses de seguridad europeos queden plenamente reflejados.
“Los acontecimientos recientes ponen de relieve la necesidad de una acción urgente por parte de la UE”, ha subrayado Costa en la carta de invitación remitida a los líderes europeos. En el mismo escrito, recuerda que de la última cumbre de octubre salió el compromiso de “atender las necesidades financieras apremiantes de Ucrania para los próximos dos años”, un paquete que abarca tanto el apoyo militar como la ayuda en materia de defensa.
“En nuestra próxima reunión debemos decidir, basándonos en los trabajos preparatorios en curso, cómo aplicar ese compromiso”, ha insistido el ex primer ministro portugués, que reclama a los Veintisiete discutir “cuál es la mejor manera de seguir defendiendo los intereses de Europa y de reforzar la posición negociadora de Ucrania” mientras prosiguen las gestiones diplomáticas entre estadounidenses y ucranianos, reiterando que incrementar la presión sobre Moscú debe ser un elemento central del proceso.
De cara a la cita, un grupo de siete Estados miembros, entre ellos Irlanda, Polonia y Lituania, se posiciona “con firmeza” a favor de emplear los activos rusos congelados para sufragar la ayuda a Ucrania, al considerar que se trata de la opción “más viable” desde el punto de vista financiero y “más realista” en el plano político. En el lado contrario, el primer ministro belga, Bart de Wever, mantiene su rechazo a este mecanismo y trasladó su negativa en una reciente cena en Bruselas al canciller alemán, Friedrich Merz, y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El diseño del denominado ‘préstamo de reparaciones’ impulsado por el Ejecutivo comunitario prevé poner a disposición de Kiev 90.000 millones de euros para cubrir sus necesidades financieras y militares durante los próximos dos años. Ucrania sólo estaría obligada a devolver estos fondos si, una vez finalizada la invasión rusa, Moscú paga compensaciones por los daños provocados por la guerra.
La Comisión Europea ha advertido de que, si no prospera la vía de utilizar los activos rusos congelados —que podría aprobarse con mayoría cualificada en el Consejo—, la alternativa pasaría por acudir a los mercados para emitir deuda respaldada por el presupuesto comunitario con el fin de financiar el préstamo europeo de 90.000 millones. En este segundo escenario, sin embargo, sería imprescindible la unanimidad de los 27 Estados miembros.
Además del apoyo a Ucrania, los líderes abordarán en Bruselas los trabajos sobre el nuevo marco presupuestario de la UE, que debe quedar aprobado antes de que termine 2026, así como un intercambio de opiniones sobre la coyuntura geoeconómica y las crecientes presiones sobre la competitividad europea. No obstante, el eje central de la cumbre seguirá siendo el respaldo político, militar y financiero a Kiev frente a la agresión rusa.
