El gobierno de Corea del Norte ha expresado su desaprobación este martes ante las recientes ofrendas y visitas de figuras políticas y autoridades de Japón al controvertido santuario Yasukuni en Tokio, donde reposan los restos de militares caídos en conflictos bélicos, incluyendo a 14 criminales de guerra.
Desde la capital norcoreana, Pyongyang, se ha lanzado una acusación contra Japón por “soñar con restaurar su antigua potencia invasora” al honrar un lugar que representa el legado militarista del país, de acuerdo con lo reportado por el periódico oficial ‘Rodong Sinmun’.
La semana anterior, Shigeru Ishiba, al dejar el cargo de primer ministro, realizó envíos de ofrendas al santuario en memoria de los soldados, y numerosos parlamentarios lo visitaron durante el festival de otoño. Asimismo, la recién designada primera ministra, Sanae Takaichi, ha hecho lo propio con una ofrenda.
“Celebrar y enaltecer a quienes murieron en la guerra es un claro desafío y una infracción del Derecho Internacional, además de un acto imprudente que genera inquietud entre los países vecinos”, señala el artículo. “Los políticos japoneses son persistentes y siguen mostrando deseos de revivir su pasado más bélico. No es mera nostalgia”, sostiene.
La semana pasada, tanto los gobiernos de China como de Corea del Sur protestaron tras las ofrendas japonesas al santuario. Desde su nombramiento, Ishiba solamente ha hecho ofrendas al santuario sin visitarlo, a diferencia de ex primeros ministros como Fumio Kishida o Yoshihide Suga.
Aunque Takaichi ha frecuentado el sitio sagrado en ocasiones anteriores como miembro del gabinete, esta vez optó por no asistir para esquivar tensiones diplomáticas.