Once de los catorce deportados que llegaron a Ghana desde Estados Unidos han interpuesto una denuncia alegando que se encuentran detenidos ilegalmente en una instalación militar desde su arribo. El abogado de los afectados, Osagyefo Oliver Barker-Vormawor, comunicó a la BBC que esta situación constituye un arresto ilegal y arbitrario, ya que sus clientes no han infringido ninguna ley local.
Los denunciantes, originarios de países como Nigeria, Togo, Malí, Liberia y Gambia, fueron extraídos en secreto de centros de detención en EE.UU. entre el 5 y el 6 de septiembre, y trasladados a Ghana esposados y sin previo aviso. Según el portal Modern Ghana, en Ghana fueron confinados en una prisión militar sin posibilidad de acceder a un tribunal o a un proceso justo.
La demanda, que se ha presentado contra figuras clave del gobierno ghanés, incluyendo al fiscal general y al jefe de inmigración, argumenta que la detención viola la constitución del país al infringir los derechos a la libertad personal y a un juicio justo. Adicionalmente, se señala que contraviene el principio de no devolución, que prohíbe deportar a personas a naciones donde podrían enfrentarse a persecución o violaciones de derechos humanos.
La noticia llega tras el anuncio del presidente de Ghana, John Mahama, sobre un acuerdo con EE.UU. para acoger a ciudadanos de África occidental deportados. Mientras tanto, el presidente Donald Trump ha reforzado las políticas migratorias de EE.UU., buscando acelerar las deportaciones y desalentar la inmigración ilegal mediante acuerdos con países terceros.
En un contexto similar, Ruanda confirmó a finales de agosto la llegada de los primeros siete migrantes deportados desde EE.UU. bajo un controvertido acuerdo con la administración Trump, que podría incluir hasta 250 deportados.











