Este lunes, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha comunicado la retirada de 700 marines que habían sido enviados a Los Ángeles a inicios de junio, debido a las numerosas protestas en esta y otras localidades de California –extendiéndose después a otras ciudades de distintos estados– en oposición a las redadas realizadas por el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE).
“Con el retorno de la estabilidad a Los Ángeles, el secretario (de Defensa, Pete Hegseth) ha ordenado el redespliegue de los 700 marines cuya presencia envió un mensaje claro: no se tolerará la anarquía”, indicó Sean Parnell, portavoz del Pentágono, en una declaración reproducida por el ‘New York Times’, donde también expresó su gratitud hacia los militares por su “fuerza y profesionalidad” y destacó su papel como “fundamental para restaurar el orden y defender el Estado de derecho”.
Por otro lado, Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles del Partido Demócrata, ha manifestado su satisfacción por la salida de los marines, mencionando que “podrán volver con sus familias y abandonarán Los Ángeles”. “Me gustaría decir que han escuchado al pueblo de Los Ángeles: este despliegue era innecesario”, enfatizó en un vídeo publicado en la red social X.
Tanto Bass como Gavin Newsom, gobernador de California, han descrito el despliegue de marines y miembros de la Guardia Nacional como una “ocupación” militar. Newsom, a través de su cuenta en X, ha criticado al presidente Donald Trump acusándolo de “jugar a ser dictador militar” de la capital californiana en lo que calificó como una “farsa de despliegue de la Guardia Nacional de California”, argumentando que las tropas deberían estar asignadas a “misiones reales como la respuesta a incendios”.
La noticia de la retirada, que podría finalizar tan pronto como este martes según fuentes de Defensa del ‘New York Times’, se produce solo seis días después de que Parnell anunciara “la liberación de 2.000 miembros de la Guardia Nacional de California de la misión de protección federal”. Newsom describió anteriormente este anuncio como “teatro”, denunciando que los soldados estaban siendo usados por la Casa Blanca “como sus peones políticos”.