Este viernes, el Departamento de Estado de EE. UU. ha comunicado oficialmente la eliminación de más de 1.300 puestos de trabajo, con el objetivo de disminuir su número de empleados como parte de un extenso esfuerzo de la Administración Trump para reestructurar el gobierno federal.
Los recortes de personal incluirán a 1.107 funcionarios y otros 246 del servicio exterior, de acuerdo con un documento mencionado por CNN. Según este informe, el total de empleados que perderán sus trabajos alcanzará los 3.000, contando también las salidas voluntarias.
En el marco de esta reducción, se procederá al cierre de cientos de oficinas y agencias, alineándose con las directrices de Trump, quien ha criticado abiertamente los programas de diversidad, igualdad e inclusión, así como la asistencia internacional prestada por la ahora extinta Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Esta decisión llega tras el fallo del Tribunal Supremo de EE. UU., que respaldó al empresario republicano permitiendo reactivar los despidos masivos en las agencias federales, una medida que la administración defiende en nombre de la eficiencia.