Eduardo Bolsonaro decide no dimitir y sigue enfrentándose a De Moraes y la policía

Archivo - El diputado brasileño e hijo del expresidente del país Jair Bolsonaro, Eduardo BolsonaroEuropa Press/Contacto/Lev Radin - Archivo

Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario brasileño Jair Bolsonaro y representante federal por Sao Paulo, ha comunicado el domingo que no dimitirá y que su intención es «cumplir su mandato» por tres meses más, a pesar de encontrarse en el último día de su excedencia solicitada para trasladarse a Estados Unidos por razones de persecución política.

«No voy a renunciar de ninguna manera. Si quiero, puedo cumplir mi mandato, al menos, hasta los próximos tres meses», expresó durante una transmisión en YouTube a la que accedió ‘Folha’, tras una entrevista el jueves donde evaluó la posibilidad de abandonar su cargo.

La pausa del Congreso del 18 al 31 de julio, además del límite de ausencias permitidas, podría retrasar la decisión sobre la posible pérdida de su escaño. En este contexto, podría ausentarse a 44 plenos más, ya que solo entonces superaría más de un tercio de sesiones faltantes del total realizado, situación que provocaría la retirada del acta.

AMENAZA A DE MORAES Y LA POLICÍA CON MÁS ACCIONES

En otra parte de la transmisión, el diputado brasileño ha advertido al juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes que la sanción por la cual Estados Unidos ha cancelado su visado «es sólo el principio».

«Lo ideal sería que estuviera fuera del Supremo. Trabajaré para ello también, ¿vale, (De) Moraes? Entonces, cuando decimos que el visado fue solo el comienzo, es porque nuestro objetivo será sacarte de la corte. No eres digno de estar en la cima del poder judicial», indicó antes de afirmar estar «dispuesto a sacrificarme» para conseguirlo.

«¿No te gusta? Incluye a (el presidente estadounidense, Donald) Trump en la investigación, incluye a toda nuestra pandilla aquí de Marco Rubio, etc., y envía a la Interpol a buscarnos», retó el hijo del exlíder ultraderechista, a quien calificó como «mediocre» en sus escritos.

Además, ha amenazado a cualquier agente de la Policía Federal que pudiera estar observando y registrando su transmisión como parte de la investigación en su contra: «Vamos, colega de la Policía Federal, perrito de la Policía Federal que me está viendo. No me lo digas, hermano. Si me entero de quién eres, voy a hacer algo al respecto».

El director general del cuerpo de Policía, Andrei Rodrigues, ha tildado la intervención de Eduardo Bolsonaro como un «cobarde intento de intimidación» y ha solicitado que sus declaraciones sean añadidas al proceso investigativo abierto en su contra en el Tribunal Supremo. «Ningún investigado intimidará a la Policía Federal. Vamos a instruir la investigación en curso con este nuevo ataque a las instituciones, ahora directamente a la Policía Federal, hecho que se suma a los demás que están siendo investigados», declaró para ‘Folha’.

Las declaraciones del diputado, residente en Estados Unidos, se enmarcan en las medidas cautelares contra su padre, Jair Bolsonaro. De acuerdo con De Moraes, su hijo «intensificó las conductas ilícitas objeto de esta investigación, mediante diversas publicaciones y ataques al Tribunal Supremo en redes sociales», reportó la agencia brasil.

Las acciones de Eduardo Bolsonaro en Estados Unidos llevaron en mayo a que el Tribunal Supremo brasileño iniciara una investigación en su contra por posibles delitos de coacción y obstrucción en el proceso judicial sobre el intento de golpe de Estado en 2023 contra el presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, en el que está implicado su padre, Jair Bolsonaro.

El exmandatario está sujeto a medidas cautelares, impuestas por orden del Tribunal Supremo, que incluyen una tobillera localizadora y la prohibición de salir de casa por la noche, entre las 19.00 y las 6.00, y los fines de semana. Además, no puede comunicarse con su hijo Eduardo ni con embajadores de otros países, ni acercarse a embajadas o consulados. Asimismo, su oficina en la sede del Partido Liberal y su residencia han sido registradas por las autoridades, donde se confiscó una memoria USB oculta en un baño, así como 14.000 dólares (12.000 euros) y 8.000 reales brasileños (1.230 euros) en efectivo.

El expresidente fue acusado de liderar la organización golpista en el alegato final de la Fiscalía el pasado lunes, y también es investigado por, presuntamente, financiar en Estados Unidos –con la participación de su hijo Eduardo– una trama para la aplicación de sanciones contra Brasil como el aumento de los aranceles ordenado por Trump.

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