La administración liderada por Donald Trump ha comunicado que está colaborando con diversas naciones para “lograr una solución pacífica al terrible conflicto” que asola Sudán, especialmente tras la toma de El Fasher, capital de Darfur Norte, por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), donde se han cometido numerosas atrocidades en las últimas semanas.
“Estados Unidos participa activamente en los esfuerzos para lograr una solución pacífica al terrible conflicto en Sudán. Mantenemos nuestro compromiso de trabajar con nuestros socios internacionales (…) para liderar un proceso de paz negociado que aborde tanto la crisis humanitaria inmediata como los desafíos políticos a largo plazo”, afirmó Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, durante una conferencia de prensa.
Desde abril de 2023, Sudán ha sido escenario de una cruenta guerra civil desencadenada por desacuerdos sobre la integración de un grupo paramilitar en las Fuerzas Armadas, lo que ha desestabilizado la transición política iniciada tras el derrocamiento de Omar Hasán al Bashir en 2019 y exacerbada por el golpe de Estado de 2021 que depuso al primer ministro Abdalá Hamdok.
Este conflicto, que cuenta con la intervención de varios países apoyando a los diferentes bandos, ha sumergido a Sudán en una grave crisis humanitaria, con millones de desplazados y refugiados, además de una preocupante propagación de enfermedades y severos daños a infraestructuras esenciales, complicando la ayuda a los afectados.
















